En los últimos años y en diversos países, se han realizado distintos estudios para encontrar cuáles son los patrones de comportamiento de hombres y mujeres.

Un punto que marca la diferencia sin importar la nación, es que las mujeres muestran un mayor interés por mejorar y hacer crecer su entorno familiar. 

En México, datos de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias, reflejaron que más del 70% de las ganancias de las féminas son destinadas a la comunidad y a su familia, esto contrasta con los hombres, quienes asignan solo el 30 o 40 por ciento de sus ingresos a este rubro.

Es evidente que las madres contribuyen de manera muy activa en la economía de nuestro país. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las mujeres mayores de 15 años y con al menos un hijo, tienen una tasa de 44% de participación económica y alrededor del 98 por ciento de ellas, combina sus actividades laborales con las domésticas.

Asimismo, ellas no solo destinan tiempo y dinero a sus familias o a la sociedad, también tienen una excelente organización financiera. Y es por eso, que datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), señalan que de cada 100 mujeres emprendedoras que solicitan un préstamo para invertir en su empresa, el 99% salda sus deudas de manera íntegra.

En este sentido, y aprovechando que estamos en el mes en que celebramos a las mamás, vale la pena preguntarse: ¿qué les preocupa a ellas al momento de invertir?

Objetivos en sus inversiones

Recientemente Finamex, Casa de Bolsa, realizó un estudio entre sus inversionistas y reveló que cuando una mamá es quien toma la decisión de invertir, sobresalen dos objetivos:

1.- Inversión para el retiro.

2.- Inversión para la educación de los hijos.

Con base en los resultados expuestos, se puede afirmar que los principales objetivos de las mamás al momento de invertir se enfocan en la educación y el futuro. Propósitos que deberían aparecer como principales objetivos de cualquier mexicano, pues vale la pena conocer la realidad a la que nos enfrentamos.

La importancia de invertir en el retiro y la educación

Cuando nos referimos al retiro los datos son muy alarmantes. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cuando una persona llega la edad de retiro y cuenta con Afore, se le podría proporcionar -en el mejor de los casos- una pensión cercana al 30% de su sueldo. En la mayoría de los escenarios este porcentaje es menor.

Es por ello, que la única manera de incrementar esta cifra es mediante un plan de inversión paralelo a la Afore. Para el caso de los profesionistas que no cuentan con Afore la urgencia de tener una inversión destinada al retiro es imprescindible.

En el caso de la educación, en la actualidad pagar una carrera universitaria representa un gran esfuerzo para los padres, pero es mayor, si quien solventa el gasto es la madre. Pero cuando se entiende que la mejor herencia que se les puede dar a los hijos es la educación, no importa el costo, se vuelve una obligación.

Una inversión que busque dar solución a este importante gasto puede ser la diferencia para que un hijo termine la universidad y alcance después estudios de posgrado. Datos del Inegi muestran que la principal razón por la que los jóvenes no terminan sus estudios es por motivos económicos.

¿Qué tienen en común estos objetivos?

La gran oportunidad que presentan estos dos propósitos: el retiro y la educación, es que cuando se invierte de manera anticipada, el horizonte de inversión es de largo plazo.

Si se piensa en una inversión para la educación de los hijos, cuando están en los primeros años de vida, se tendrán por lo menos 10 años para hacerla crecer antes de que comiencen la universidad.

De igual forma, cuando hablamos de una persona que comienza a invertir a los 50 años, tendrá por lo menos 15 años para incrementar esa inversión. Pero es importante señalar, que cuando se empieza mucho antes a invertir, la probabilidad de tener éxito incrementa considerablemente.

Sin duda, las mamás inversionistas demuestran tener un gran sentido de responsabilidad y de preocupación por cubrir estos dos aspectos tan importantes en la vida de cualquier familia, pero no basta con dejar las cosas ahí.

El segundo paso y no menos importante es tener una inversión correctamente diseñada para alcanzar estos objetivos. Es decir, que la inversión aproveche al máximo el largo plazo mediante una amplia diversificación que permita incrementar sustancialmente el patrimonio. Una correcta asesoría es un factor clave para lograrlo.

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Por Fernando Guerrero Blanco