Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, es una expresión popular, además de un libro, para definir las diferencias entre géneros.
En algunos sentidos también se puede aplicar en el tema de inversiones. Si bien, tanto hombres como mujeres tienen un objetivo común, que es hacer crecer su patrimonio a través de rendimientos, y hay algunas características que se relacionan más con un género que con otro.
El éxito de una inversión no depende directamente del género; sin embargo, algunos elementos necesarios para que se reciban mejores rendimientos suelen asociarse con las mujeres. Por ejemplo, la paciencia y el respeto al horizonte de inversión, así como la estructura mental y de disciplina que generalmente tienen ellas.
En ese sentido, Ricardo Gómez Dena, Director General de Finamex Inversiones, filial de Casa de Bolsa Finamex, indica que las mujeres gustan de invertir a través de vehículos con más certidumbre, generalmente en el mercado de deuda y menos en renta variable.
Por otra parte, el perfil más arriesgado e impulsivo de los hombres los lleva a inclinarse más por la renta variable. Además, ellos suelen ser menos propensos a respetar sus objetivos de inversión y “a creer que saben mucho de mercado bursátil cuando puede que no sepan tanto”, comenta el experto.
Para Gómez Dena, existe un denominador común entre hombres y mujeres mexicanas que quieren entrar al mercado bursátil, y es el desconocimiento del mismo en general. “Creen que necesitan saber mucho, tener grandes patrimonios para poder invertir. En realidad pueden tardar más de lo necesario en acercarse al mercado por miedo”.
En el caso de las mujeres, si bien hay desconocimiento del mercado bursátil, el perfil ha ido cambiando a través de los años. Ahora es más común que ellas inviertan desde edades más tempranas. Incluso, la edad de las inversionistas ronda entre los 35 a 55 y de ellos entre los 40 a 75 años.
En México la cantidad de personas que invierten en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) es aún relativamente baja; sin embargo, son cada vez más mujeres jóvenes las que se acercan a buscar asesoramiento. Esto debido a que es más fácil que ellas acepten que desconocen del tema.
Una mujer joven tiene una ventaja sobre un inversionista de cierta edad, y es que “ellas pueden diversificar más sus inversiones”, afirma Gómez Dena. Esto es porque de esa forma ellas tienen todavía tiempo de recuperar los movimientos del mercado.
Así como el objetivo por el cual hombres y mujeres invierten en el mercado de valores es el mismo, y se basa en obtener rendimientos por arriba de lo que les pueden ofrecer otros instrumentos, como un ahorro bancario; la recomendación para trazar una estrategia de inversión es la misma.
Tanto hombres como mujeres deben definir claramente tres conceptos al momento de invertir. Primero, aceptar qué saben y qué no saben del mercado y estar abiertos a ser asesorados; definir cuál es su capacidad financiera y para qué es el dinero, si se harán inversiones con aportaciones posteriores o si se parte de un ingreso sobrante. Y por último, ser claros con los objetivos de inversión y el plazo, mismo que deberá ser respetado en la mayor medida posible.
Por Claudia Abascal
