El largo plazo y distinguir cuál es el momento ideal para retirar sus inversiones, son algunas de las situaciones que le roban el sueño a un gran inversionista.
Pero también existen otros escenarios aparentemente atemorizantes que pudieran resultar buenas oportunidades de inversión.
Mucho se dice sobre el mundo de las inversiones y los grandes inversionistas; sin embargo, para efectos de este artículo, bien vale distinguir al pequeño ahorrador o inversionista de aquél inversor de las grandes ligas:
El pequeño ahorrador puede experimentar diversos miedos, como no saber a qué instrumento acudir, el monto que debe destinar, la definición de sus objetivos de inversión y hasta el miedo a no contar con liquidez inmediata en caso de necesitar ese dinero para seguir financiando su estilo de vida.
En cambio, por gran inversionista nos referimos a aquella persona que ya ha pisado el terreno de las inversiones y que cuenta con ciertos ingresos o liquidez que lo mantiene tranquilo para destinar otra parte de sus recursos a la inversión, sin tener necesidad de disponer de ese monto para vivir. “Para el gran inversionista, los miedos están en lo que puede suceder en el largo plazo”, indica la Doctora Laura G. Zúñiga, Coordinadora de la Licenciatura en Finanzas y Contaduría Pública de la Universidad Anáhuac Norte.
Cuando se trata de un inversor en la Bolsa, las acciones cambian a diario sus precios y diversas fuerzas externas pueden afectar su desempeño. Los grandes inversionistas no le temen a esos cambios diarios, sino a lo que pueda venir con los años, pues en su mayoría cuentan con plazos largos de inversión. “Lo que pueda cambiar en el corto plazo no representa un miedo como tal para este tipo de inversionistas, pues si revisamos los historiales de la bolsa, todo lo que baja vuelve a subir. Se compensa después de un periodo”, asegura la especialista.
El problema llega cuando el inversionista necesita disponer del dinero de su inversión y los precios de las acciones están bajando o la economía atraviesa por momentos de incertidumbre. Y además el inversor necesita liquidar sus posturas o posiciones y los demás inversionistas han decidido también al mismo tiempo cambiar de país para invertir su capital. “Ante estas situaciones, uno debe tener bien monitoreada a la economía global. Anticipar estos momentos sería ideal para cubrirse de este temor, sin embargo resulta difícil pronosticarlo a la perfección. Si se trata de un inversionista con buena liquidez, lo más recomendable es dejar que pase el momento y garantizar que obtenga el rendimiento que estaba buscando. El lado positivo de la Bolsa es que así como baja, sube”, indica.
En el mercado de bonos, por ejemplo, el riesgo pudiera representar un aspecto positivo para la inversión. “La tasa de interés va ligada al riesgo. A mayor riesgo, mayor tasa. Por ejemplo, en el momento que estamos viviendo actualmente en México en donde el Banco de México ha seguido el movimiento a la alza de las tasas de la Fed, esto está garantizando que la inversión en bonos gubernamentales también va a subir la tasa y para los inversionistas esto es positivo”, explica la especialista.
Otro caso en el que los inversionistas pudieran estar temerosos es en la rentabilidad de los inmuebles que conforman una Fibra. “Estos fideicomisos están garantizados por bienes raíces, pero es necesario conocer a profundidad los proyectos a mediano y largo plazo que se tienen para dichos inmuebles, no vaya a ser que pasen de moda y afecte su rentabilidad, especialmente en aquellas fibras que están respaldadas por centros comerciales u hoteles”, explica.
Para cubrirse ante ello, la especialista sugiere informarse muy bien sobre el mercado y sus expectativas de crecimiento y rentabilidad.
La volatilidad de los mercados también representa una gran amenaza para los inversionistas; sin embargo, ante esa incertidumbre, Zúñiga no aconseja dejar pasar el momento sino acudir a la Bolsa y adquirir acciones a bajo costo.
“Las caídas de la Bolsa dejan muchas acciones en precios bajos. Más bajos de lo que podría ser su precio real. Ahí es una gran oportunidad para el inversionista de hacerse de acciones pues dentro de unos meses, cuando los mercados se estabilicen, tendrá ganancias de capital.”
Las estrategias para blindarse ante los temores de un inversionista pueden ser varias, pero la especialista aconseja volver a los básicos de la teoría financiera: diversificar la inversión. No existe un método que pueda proteger al 100% a un inversionista, pero vaya que se pueden reducir los riesgos al no colocar todos los activos en una misma canasta.
Asimismo, entre sus recomendaciones, invita a los inversionistas a definir siempre cuál es la tasa de rendimiento que requieren o desean alcanzar, especialmente cuando se trata de la Bolsa. De esta manera, uno puede liquidar su posición en la Bolsa, sin importar lo que pueda venir después, la meta ya se alcanzó.
Por Macarena Quinzaños
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