Hace unas semanas leí en el Wall Street Journal una entrevista que le hicieron a Warren Buffett, en una reunión de Consejo de su empresa “Berkshire Hathaway”.
Se trataba de un texto donde anunció que el comercio minorista incluyendo las tiendas departamentales es ya un negocio online.
“Ciertamente dentro de 10 años el escenario de esta industria de servicios será totalmente diferente al actual, los consumidores a nivel mundial han evolucionado y la rapidez es sorprendente”, aseguró el inversionista de casi 87 años.
Buffett no solo está anunciando la muerte del comercio tradicional de “dientes para afuera”, en febrero pasado, su empresa vendió 900 millones de dólares de acciones de Wal-Mart buscando invertir esos recursos en la industria de líneas aéreas.
Los retail (minoristas y departamentales) han estado cerrando tiendas y declarándose en bancarrota (Chapter Eleven) a tasas superiores a la gran recesión de 2008. Estos distribuidores con “estructuras de ladrillos” han anunciado más de tres mil 200 cierres de puntos de venta este año y los analistas de Credit Suisse esperan que esta cifra pueda incrementarse a ocho mil 600 antes de terminar este año.
Ciertamente no es sorpresa que esta lenta muerte se deba a la meteórica asunción del comercio en línea, además, los hábitos de consumo han cambiado radicalmente. Los compradores actuales están destinando más billetes de sus carteras en entretenimiento, restaurantes y tecnología. También, gastando mucho menos en ropa y accesorios.
La industria de servicios de venta minorista comenzó con John Wanamaker un gran pionero de la mercadotecnia, él y su hermano alrededor de 1861, fundaron en Filadelfia “Oak Mall”, el primer gran centro comercial del mundo. En 1874, Wanamaker aportaba otro granito de arena al marketing publicando el primer anuncio con “copyright” de sus grandes almacenes “Wanamaker”; todo un adelantado a su época, ya que fue el artífice de las temporadas de venta y las rebajas.
Esta tendencia de tiendas departamentales en donde la relación era “cara a cara”, fue mejorada por Macy’s, Lord and Taylor, Nordstrom y Saks 5th Avenue, casi siempre “anclados” a un centro comercial.
Asimismo, Sears en ese entonces se posicionó fuertemente en áreas más populares. Si recordamos era el principal comerciante de venta por catálogo, el “Amazon” de la venta y distribución en “papel”, pero desafortunadamente para los comerciantes desde Macy’s hasta Sears el mundo minorista ha sido una carrera épica hacia el abismo.
Sears, Macy’s, JCPenney y más de una docena de negocios minoristas han anunciado grandes cierres de tiendas para este año. Macy’s a principios de año anunció que cerraría 63 tiendas, Sears 150 de sus locaciones incluyendo 108 Kmarts.
Más dramáticamente es que el escenario del comercio minorista no se atiene exclusivamente a productos como ropa, calzado, tecnología, etc. Esto todavía va más allá, recientemente Amazon compró Whole Foods, una cadena de supermercados ciertamente elitista.
Además, a través de la misma adquisición y de otras estrategias, está a punto de lanzar un nuevo modelo de negocio llamado Amazon Go, modelo en linea que equivale a crear una especie de 7 Eleven u Oxxos, para abordar el mundo de tiendas de comestibles. Quizá en pocos años ni siquiera tendremos que ir a los supermercados a hacer nuestro súper.
Por cierto el 27 de julio de este año se anunció que Jeff Bezos, fundador de Amazon, desplazó a Bill Gates como el hombre más rico del planeta.
No podríamos generalizar que todo el mundo minorista vaya a fallecer. Tenemos ejemplos tan evidentes como las tiendas de Apple en donde la experiencia face to face es todo un ritual de compra y, ciertamente así sucederá con otros jugadores.
El gran éxito de Apple, independientemente de la innovación que ha logrado con sus productos, se debe particularmente a que Steve Jobs cambió fundamentalmente dos cosas: la presentación del empaque de sus productos (otra gran experiencia), pero, también, sus puntos de distribución, como lo comenté es toda una “vivencia”.
Generación X al ataque
Complementando lo que Buffett menciona, distintos estudios afirman que la generación Millennial está transformando los espacios comerciales en centros de entretenimiento, ocio y consumo, tales como: cines, restaurantes, casinos, bares y hasta “antros” como les llaman la Generación Y mexicana.
En todo este contexto sólo me queda pensar que los centros comerciales como los conocemos actualmente, tendrán un enorme cambio en su estructura y funcionalidad, por lo que quizá los inversores y desarrolladores tradicionales tendrán que replantearse qué tipo de inversiones inmobiliarias y comerciales realizarán.
Otro “daño colateral”, será la pérdida de fuentes de empleo en masa, de acuerdo a la oficina de estadísticas laborales de Estados Unidos, los dependientes y cajeros de tiendas departamentales y minoristas representan 3.5 millones de empleos solo en EE.UU.
En tanto, afirma que tiendas como Macy’s y Sears han despedido alrededor de 80 mil trabajadores desde octubre de año pasado y, desde 2001, sólo las tiendas departamentales han perdido medio millón de empleos.
Por cierto, es irónico que a estas alturas Donald Trump, quien no deja de culpar a los inmigrantes por la pérdida de empleos en Estados Unidos, esté más preocupado por generar trabajo en la industria del carbón (la cual en la actualidad representa 60 mil empleos) y no haya puesto su mira en la industria del consumo la cual todavía genera uno de cada 10 empleos en el país norteamericano.
Y ni qué decir del daño que empieza a sufrir la industria financiera a través de la banca comercial, pero creo que ya será tema de otro de mis artículos.
Ya veremos en México y particularmente en Puebla, qué tantos años de sobrevivencia tendrán los comerciantes de “ladrillo” y qué tanto éxito seguirán teniendo los desarrollos de centros comerciales en donde aunado a la vivienda estamos presenciando una burbuja similar a la que experimentó España la década pasada.
Por Eugenio Ruiz Pellico
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