Janet Yellen, Presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos desde 2014, es una de las mujeres más poderosas del mundo.
A sus 70 años es capaz de mover los hilos de la economía mundial por el peso global que tiene el banco central de ese país.
Pero ¿Por qué la Fed decide el rumbo de la economía mundial? No necesariamente por ser la economía más grande del mundo con un Producto Interno Bruto (PIB) de 17.95 billones (un millón de millones) de dólares. Es más bien por el dominio que tiene sobre el entorno monetario y financiero mundial que tiene su divisa, el dólar estadounidense, al ser la principal moneda de reserva mundial.
Según los datos más recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), dados a conocer en junio pasado, en el segundo trimestre de 2015, las reservas internacionales en dólares de varios países representaban 64% del total global. Esa cifra triplicó al euro (la segunda divisa más fuerte en el mundo) que concentró poco menos del 21 por ciento.
Respecto a los Derechos Especiales de Giro (DEG), un activo de reserva internacional complementario a las reservas oficiales de los países miembros del FMI, el dólar representa el 42%; seguido del euro (31%); el renminbi chino (11%), el yen japonés (8%) y la libra esterlina con 8 puntos porcentuales. Hasta marzo pasado se habían creado y asignado 204 mil 100 millones de DEG's, equivalentes a unos 285 mil millones de dólares.
Ese poder de influencia también tiene sus efectos negativos. Vale recordar que los objetivos principales del banco central estadounidense (Fed) son el máximo empleo, precios estables y tasas de interés moderadas a largo plazo, según la Ley de la Reserva Federal.
Intervención durante crisis
En ese escenario, tras la recesión económica que estalló con la crisis financiera de 2007, la Fed utilizó la política monetaria para tratar de reanimar la economía. Al recortar las tasas de referencia, miles de millones de dólares salieron de Estados Unidos en busca de instrumentos financieros con mejores tasas de interés.
“Entre diciembre de 2008, mes en que las tasas de la Reserva Federal llegaron a cero, y diciembre de 2015, inversionistas extranjeros adquirieron 169 mil millones de dólares en bonos gubernamentales mexicanos (...), la tenencia de inversionistas extranjeros aumentó de 17.5 a 57.6% en este periodo”, señala un reporte del banco europeo BBVA.
Es tal la supremacía del dólar, que, en octubre de 2008, que los bancos centrales de Europa (BCE), Canadá, Inglaterra y Suiza pactaron con la Fed una baja conjunta de sus tasas de interés.
La histórica decisión de la Fed, ya encabezada por Yellen, de elevar después de casi una década la tasa de interés de referencia a entre 0.25% y 0.50 puntos porcentuales, en diciembre del año pasado, fue para evitar cualquier riesgo de sobrecalentamiento en la economía. Con esto, la moneda mexicana como otras se vio presionada por el retorno de capitales a la Unión Americana.
Así, para prevenir la volatilidad financiera en el tipo de cambio y con ello presiones sobre la meta de inflación, el Banco de México (Banxico) ha incrementado sus tasas. Dicho mecanismo puede tener un impacto positivo para enfrentar la repatriación de capitales a Estados Unidos, además de que disminuye la presión en momentos de inestabilidad financiera y aligera desequilibrios en las cuentas externas del país, recursos necesarios para financiar el déficit de cuenta corriente.
Otro efecto negativo para México, como otras economías del mundo, es que ante la depreciación de monedas, el costo financiero del gobierno federal, empresas y consumidores aumenta. Además de mayores precios en los insumos y bienes de consumo importados, lo cual genera presiones inflacionarias.
En ese escenario donde se mueve Yellen, doctorada en Economía por la Universidad de Yale. Sabe el terreno que pisa, pues antes de tomar el cargo de presidenta de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal (Fed), era la vicepresidenta de la Junta de Gobernadores.
Actualmente, también es presidenta del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), ente federal encargado de supervisar las operaciones de mercado abierto y el encargado de formulación y aplicación de la política monetaria.
Por Tomás de la Rosa
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