Algunos destacan por sus destrezas para practicar algún deporte; otros cuantos, por su habilidad para jugar videojuegos.
Sin embargo, cuando alguien sobresale de sus demás compañeros de escuela o amigos, por su habilidad para hacer negocios, ahí la cosa se pone interesante.
Si hoy pudieras recordar lo que hacías a tus 11 años, seguro volverían a tu mente aquellas tardes que pasabas jugando o haciendo la tarea. Pero hay contados casos que desde esa edad comenzaron a amasar una gran fortuna. Sí, fortuna. Y él es uno de ellos.
Muchos de nosotros, me atrevería a decir que la mayoría, hemos escuchado el nombre de Warren Buffett, quien hoy es considerado el cuarto hombre más rico en la tierra y el segundo en su país natal, Estados Unidos.
Hasta aquí nada fuera de lo común. Sin embargo, cuando entramos un poco en los almanaques de la historia y encontramos que este hombre comenzó su carrera en el mundo de los negocios a a los 11 años, estamos ante un fenómeno financiero.
Buffet se inició en el mundo de las finanzas al comprar tres títulos de la compañía energética, Cities Services. Desembolsó $38 dólares por cada una. Tiempo después, la acción cayó hasta los $28 dólares. Contrario a lo que pudiera pensarse, el niño inversionista aguantó el embate. Cuando ésta se recuperó y llegó a los $40 dólares, Buffett decidió venderla. Después de deshacerse de los títulos que había adquirido, estos alcanzaron un valor de $200 dólares cada uno.
Ese sube y baja fue para Buffett un gran error, pero también una enseñanza. Y cuando uno lee su frase “el tiempo es amigo de los buenos negocios y el enemigo de los mediocres”, nos damos cuenta que esa idea la tenía desde pequeño.
Este financiero norteamericano es famoso por las frases que ha acuñado y, prácticamente, se han convertido en reglas de inversión. Una de ellas dice que nunca se debe invertir en un negocio que no pueda entenderse. ¿Y tú, inviertes en empresas que hacen productos u ofrecen servicios que desconoces?
También, él siempre ha hecho notoria su predilección por firmas con marcas fuertes y consumidores fieles. ¿Quién no se animaría a invertir en Coca Cola, así como lo hizo él?
Sin embargo, antes de pensar en Warren Buffett como el gran inversionista, pensemos en él como una persona que fue visionaria, supo adelantar que sería millonario, pero que en el camino dejaría de ganar, o quizá perder, mucho dinero.
Hoy, este hombre de 83 años es un importante accionista de empresas como Johnson&Johnson, Wrigley y Coca Cola. Su fortuna la ha logrado gracias a comprar y vender acciones y no de dedicarse a una actividad empresarial en específico.
Tal vez llegar a ser un inversionista al estilo Buffett no sea posible en el corto plazo, pero sí puedes tomar un par de sus consejos y aplicarlos a tus inversiones diarias. Tal vez, el mejor de todos es ser paciente y esperar a que la volatilidad regrese las acciones a su cauce normal, donde tu ganancia sea mayor a la inflación.
Por Jesús Franco
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