Uno de los puntos más importantes que debemos tomar en cuenta cuando decidimos depositar nuestro patrimonio en una inversión que manejará un tercero es, sin duda, la forma en cómo nos cobrarán ese manejo.

Aunque los detalles pueden variar entre una y otra institución, la generalidad es la misma, así que exploremos juntos los distintos esquemas de comisiones por manejar su inversión.

Empecemos por lo básico

Los instrumentos bancarios como los Certificados de Depósito y Pagarés, en la mayoría de los casos, van ligados a cuentas de cheques que tienen un costo y que están en función de saldos mínimos y servicios adicionales como banca electrónica.

Los productos de inversión bancarios tienen la característica de formar “paquetes” que incluyen, entre otras cosas, tarjetas de crédito y seguros. Los costos de todos los productos pueden abaratarse a través de estos “combos”, pero el costo-beneficio de la inversión es muy limitado: los rendimientos son bajos y los costos adicionales acaban siendo mayores.

Un punto importante: si pensamos que el banco cobra poco porque el rendimiento es pequeño, estamos en un error.  Revisemos este sencillo ejemplo: si invertimos $100,000 pesos en el banco, la tasa será menor al 2%; ahora pensemos que necesitamos pedir esos $100, 000 prestados, préstamo que podría alcanzar tasas de interés superiores al 50%. En espíritu, ese es el costo de su inversión: su dinero es comprado barato y vendido carísimo.

Vayamos con las tendencias 

Los fondos de inversión han tenido un  boom  en los últimos años. Son instrumentos interesantes que le han abierto la puerta a miles de inversionistas que desean un producto de inversión rentable y, relativamente, sencillo de manejar.

Pero…¿cómo funcionan los costos de estos productos?

Es fácil de entender: el fondo de inversión es un Sociedad constituida por una Operadora de Sociedades de Inversión, que será la encargada de realizar las funciones de gestoría del dinero; a cambio de este dinero, la operadora nos entrega títulos de la Sociedad de Inversión. Cada título tiene un precio o valor que, implícitamente, tiene comisiones (yo he llegado a contabilizar hasta 8 diferentes tipos) que la Sociedad de Inversión pagó por conceptos como administración, contabilidad o comisiones pagadas a terceros como son los distribuidores de fondos de inversión o empresas valuadoras.

Adicionalmente, hay fondos de inversión, principalmente de Renta Variable, que cobran una comisión a sus clientes cuando compran o venden los títulos. Para enterarnos de todos estos cobros y comisiones se puede solicitar un documento llamado Prospecto de Información. En éste aparecerán las comisiones que generalmente disminuyen en la medida que invertimos más dinero. Eso sí, no pensemos que por no ver en nuestro estado de cuenta un concepto que diga costos o comisiones, no hubo un cobro de por medio: nadie regala su trabajo.

Así funciona 

Imagine que usted labora en un lugar donde su remuneración está en función de las veces que logre cambiar un activo de dueño. Es decir, su ganancia será mayor mientras más compre  y venda un activo y mientras más transacciones realice más cobrará. ¿Estamos de acuerdo?, bueno pues ese sistema de cobro es generalizado en la mayoría de las Casas de Bolsa, ya que la comisión que cobran representa las veces que compraron o vendieron un título.

Hagamos la diferencia

Pero hay un escenario muy distinto: piense que usted  y la institución  donde invierte su patrimonio se asocian buscando los mejores resultados de su inversión; en esta asociación, los costos de la administración de sus activos serán por el saldo promedio de su inversión, lo que significa que no importará cuantas veces le hayan comprado o vendido uno o varios títulos, habrá un componente fijo que no genera ningún conflicto de intereses. Es decir, habrá reciprocidad donde el cobro estará en función de los resultados.

Ahora, por un momento, sí, sólo por un momento imagine una Casa de Bolsa donde existen productos que le regresarán dinero cuando no le entreguen resultados positivos por su inversión. Aunque esta frase podría describir un mundo ideal, es una realidad tangible que Casa de Bolsa Finamex, con sus 40 años de experiencia, pone a su alcance.

Por Casa de Bolsa Finamex

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