La inflación de septiembre sorprende a la baja y registra un nuevo mínimo histórico, poniendo al Banco de México en una cómoda posición para esperar a la Reserva Federal en la subida de tasas de interés.
Además, la reciente apreciación del peso, ausencia de presiones inflacionarias (por el lado de los precios al productor doméstico) y la inestabilidad de las cifras económicas globales, particularmente de las estadounidenses, son argumentos que fortalecen esa posición.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante septiembre el Índice Nacional de Precios del Consumidor (INPC) registró un incremento de 0.37%, tanto para la inflación general como la subyacente. En el caso de la general, la cifra fue inferior a la expectativa del consenso de analistas que anticipaba una lectura de 0.42% y de nuestro estimado de 0.41%. En el caso de la subyacente, la desviación fue mucho menor y en el sentido contrario contra un consenso de 0.36% y nuestro estimado de 0.34%.
Si bien la inflación de la primera quincena del mes superó las expectativas con presiones a la alza en los precios agropecuarios, durante la segunda mitad del mes la sorpresa fue en la dirección opuesta. Contrario a lo que nuestro monitoreo de precios arrojó, los precios agropecuarios disminuyeron durante la segunda quincena del mes llevando a la inflación general a 0%, contra nuestro estimado de 0.07%, y el del consenso del mercado 0.08%.
Por Débora Luna Corte, Subdirectora de Estrategias de Mercado, Finamex, Casa de Bolsa.
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