La depreciación del peso mexicano en lo que va de este año, se sitúa en el lugar 24 de 24 monedas emergentes ordenadas de menor a mayor caída frente al dólar estadounidense.

En una nota previa argumentamos que con base en este criterio el comportamiento del peso comenzaba a parecer “desordenada”.

El Banco de México había advertido que era precisamente lo que quería evitar ya que pudiera afectar a la inflación y a sus expectativas. Sin duda, los fundamentales de la economía mexicana no justifican el último lugar de la tabla, lo que subraya la utilización del peso mexicano por su liquidez como moneda de cobertura y especulación de otros mercados. El día de hoy la Comisión de Cambios extendió el mecanismo actual de venta de dólares que expiraba mañana, hasta el 31 de marzo de este año sin ninguna modificación. Así, difícilmente podemos esperar un resultado diferente aplicando la misma política.

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Por Guillermo J. Aboumrad, Director de Análisis de Finamex.