La estabilidad macroeconómica del país, así como las políticas públicas de fomento a la industria y la diversidad de relaciones comerciales que sostiene México con el mundo.
Ofrecen un escenario atractivo para la inversión y la planeación de proyectos de negocio a largo plazo. Lo cual, genera un ecosistema que estimula a que nuevas compañías se instalan en nuestro país.
En la búsqueda de transformar a México en una nación de mayor valor agregado, conocimiento, diseño e innovación, la Secretaría de Economía y la Subsecretaría de Industria y Comercio, han centrado sus políticas de fomento a la industria en cuatro pilares: el desarrollo de capital humano, el apoyo a la red de tratados comerciales que le dan una posición fundamental al país, un especial interés por apoyar a los proveedores y la elaboración de una política en materia de logística para transportar con eficiencia las mercancías.
Estas acciones han permitido que diversas industrias se asienten en México, una de ellas ha sido la automotriz, atrayendo inversiones para instalar en el país a las principales armadoras y proveedores. Lo que ha colocado al país como el séptimo productor de vehículos en el mundo y el cuarto exportador. Para el año 2020, se calcula que nuestra nación alcanzará una producción de cinco millones de autos.
Tales pronósticos y el clima de negocios en nuestro país han conquistado a la automotriz alemana BMW, que en 2014 anunció una inversión de mil millones de dólares para la construcción de su primera planta en México, que se ubicará en San Luis Potosí. Y ahora celebra con la colocación de la primera piedra, el inicio de la construcción de este sitio que arrancará operaciones en 2019.
Con esta inversión, BMW instalará en México la planta más moderna y sofisticada del grupo. Dicha acción será un parteaguas en la producción de las últimas tecnologías para el sector automotriz premium y desde ahí, la marca de lujo abastecerá algunos de sus mercados más estratégicos.
Esta planta de producción se destacará por su nivel de eficiencia, sustentabilidad y productividad. Por primera vez, la compañía estará usando tecnologías 3D para la planeación y supervisión de la obra. Y el complejo se distinguirá por el eficiente consumo y tratamiento del agua, colocándola como una planta libre de aguas residuales y con el menor índice de consumo del vital líquido por auto producido.
Asimismo, estará abastecida al 100% por energías limpias, debido a que el 25 por ciento de la energía será solar y el resto eólica. “El segmento premium está creciendo y hay una necesidad de mayor producción. Por ello, desde 2011 iniciamos la búsqueda de posibilidades para expandir nuestras capacidades y tener una distribución equilibrada del valor agregado. Nos gustaría ubicar un tercio de la producción en Europa; otro tercio, en Asia (especialmente enfocada en China) y el resto para concentrarse en la región del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) y Mercosur.
Por eso pensamos que México es una buena opción, por sus acuerdos comerciales, porque tiene un mercado con un crecimiento dinámico y prometedor, además cuenta con mano de obra calificada”, aseguró Oliver Zipse, director de producción de BMW.
El directivo explicó que, para elegir la ubicación para sus operaciones evalúan las ventajas y desventajas que se tendrían en relación a tres factores: costo, logística y capacidades de exportación. Entonces, San Luis Potosí y México pudieron satisfacer esas expectativas, y aunque el motor y algunos otros de sus componentes no se producirán en nuestro país y tendrán que ser importados, esto se compensa con el gran potencial de exportación a otros mercados que la nación ofrece.
En 2015, BMW produjo en total 2.2 millones de autos. Esta planta, de 100 mil metros cuadrados, contribuirá con una producción de 150 mil unidades anuales. Su flexibilidad permitirá ir integrando diversos modelos a la línea, aunque de primera instancia aludirá a la fabricación de la nueva generación del BMW Serie 3 Sedan, de cuya versión actual vendieron 444 mil unidades en 2015 y es la más exitosa de la firma alemana.
Los autos fabricados en México serán destinados en su mayoría para exportación, especialmente hacia el mercado del TLCAN y MercoSur; sin embargo, las condiciones del mercado nacional han permitido a la marca registrar un interesante crecimiento de 17% en 2015, por lo que la apuesta también es continuar con la expansión en nuestro país.
La automotriz alemana, cuenta desde hace 22 años con una red de distribuidores para la venta de sus autos en México; sin embargo, en 2008 estableció en nuestro país una oficina internacional de compras para proveerse de autopartes.
Tan solo en el año pasado, BMW adquirió de más de 100 proveedores automotrices un volumen de compra con valor de dos mil 500 millones de dólares, es decir, 17.8% más que en 2014, de los cuales 70 por ciento se destinó para abastecer a la planta Spartanburg, en Carolina del Sur, Estados Unidos y el resto para sus instalaciones en Europa, Asia y África.
“Otro de los motivos principales por el que elegimos a México es su red de proveeduría, pues cuenta con 400 proveedores Tier 1 ya instalados y un claro expertise en la industria automotriz. Con esta nueva planta, estableceremos relaciones comerciales con más de 120 proveedores”, indicó Zipse.
Además de la economía que se genera alrededor de los proveedores, la nueva planta beneficiará a México con la creación de mil 500 empleos directos. Desde septiembre de 2015, BMW inauguró un centro de capacitación para preparar al personal rumbo al arranque de operaciones en 2019. Por el momento, el centro está capacitando 25 jóvenes en mecatrónica, mediante un modelo dual de enseñanza teórica y práctica, en cooperación con la Universidad Tecnológica de San Luis Potosí, el Colegio Nacional de Educación Profesional y Técnica y el Centro Educativo Vanguardista.
Por ello, para finales del año se espera que ya estén capacitando a más de 90 jóvenes en las instalaciones, a los cuales también se les otorgará formación sobre tecnologías híbridas, de alto voltaje, electromovilidad y robótica. Sus instalaciones en Alemania y Estados Unidos colaborarán en la capacitación de más de 500 empleados.
Es así que, México abre sus puertas a BMW, y la automotriz pone su confianza en las expectativas de crecimiento y negocio en nuestro país, basadas en un entorno inmejorable y de ventajas competitivas que pocos países podrían haberle ofrecido.
Por Macarena Quinzaños
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