Ante el comportamiento de los mercados bursátiles durante las últimas semanas, la incertidumbre acerca de qué panorama tenemos hacia adelante crece.
El tema que ha detonado este comportamiento en los mercados es pregunta de si China se desacelerará más y cuánto lo hará. Sin embargo, no es el único tema. Tenemos sobre la mesa el precio del petróleo, la normalización en las tasas de interés en Estados Unidos y los precios en las materias primas en general. También en estos momentos comienzan a aparecer los fantasmas del pasado al recordar crisis anteriores que marcaron en negativo el rumbo de la economía. Pero…¿en verdad esto es motivo para caer en pánico? Ante esta situación, podemos resumir seis factores que marcan diferencia en la economía de México frente a países similares y ofrecen condiciones distintas a las que el país atravesó en décadas de crisis anteriores, principalmente las de 1982, 1994 y 2008.
- Dependencia del petróleo. Las exportaciones petroleras, de representar un 74% de las exportaciones totales en 1982, actualmente representan tan solo el 7%. Esta variación implica menores consecuencias, a diferencia del pasado, ante el panorama actual del precio del petróleo en niveles muy bajos. Vale la pena recordar que anteriormente un precio del petróleo bajo afectaba de manera muy significativa el total de las exportaciones del país.
- Reservas internacionales. Durante las dos principales crisis que atravesó México en el siglo pasado (1982 y 1994), las reservas internacionales eran prácticamente nulas. Mil millones en 1982 y seis mil millones en 1994. Durante la crisis del 2008 las reservas habían aumentado de manera considerable alcanzando una cifra de 74 mil millones de dólares. Hoy se ubican cerca de los 190 mdd.
Las reservas dan estabilidad ante choques internacionales que puedan afectar la cantidad de capital extranjero en el país. Además, se conciben como un indicador que muestra el interés del Banco Central, en este caso Banxico, para dar seguridad a los inversionistas extranjeros.
- Inflación. Los niveles de inflación en las décadas de los ochenta y los noventa registraron las cifras históricamente más altas. En el 2008 se encontraban en niveles cercanos al 6.5%. Actualmente la inflación se ubica en mínimos históricos. Si bien un tipo de cambio caro a la larga incrementa las presiones inflacionarias, el contexto en el mundo de precios bajos de petróleo, materias primas y alimentos, ha contribuido a que hasta el momento no se muestren señales de incrementos importantes.
- Déficit comercial. El déficit o superávit comercial se refiere a la diferencia entre exportaciones e importaciones de un país. En el caso de México, éste se ubicó en niveles máximos en las crisis de 1982 y 1994. Actualmente se encuentra cerca del 2.5% de Producto Interno Bruto (PIB), cifra que se considera saludable para la economía del país.
Este dato representa una ventaja comparativa frente a muchas economías similares de América Latina, que tienen déficits más elevados.
- Tipo de Cambio. El tipo de cambio flexible, o de libre flotación, funciona como válvula de escape y libera tensiones que de otra manera implicarían movimientos más pronunciados como los que se vivieron en la crisis de 1994. También permite mantener competitivas las exportaciones frente a economías emergentes similares.
- Inversión en Cartera. Este tipo de inversión es la que llega al país a través de instrumentos financieros (cetes, bonos, udibonos, mercado bursátil, etc). A pesar de las noticias internacionales de los últimos días, los datos muestran que no hemos experimentado salidas de capitales. Aunque las entradas de este año han sido mínimas, el no haber salidas muestra que los capitales extranjeros invertidos en México no ven razones para dejar al país. Sin duda, una señal de la estabilidad macroeconómica mexicana.
Si bien los puntos anteriores nos indican las razones que protegen a la economía mexicana de eventualidades externas, es obligatorio que el país se comporte en línea con lo que suceda en la economía global. En este contexto hemos visto un 2015 en el que se han recortado las expectativas de crecimiento en gran parte de los países del mundo y México no ha sido la excepción. Los datos sugieren un 2016 complicado y a la expectativa en la magnitud de la desaceleración de China. Sin embargo, datos como el déficit comercial, la inflación y el crecimiento del Producto Interno Bruto (que sigue manteniéndose en la tasa natural pero por debajo del potencial) muestran al país mejor posicionado frente a otras economías y, al ser fundamentales, representan una gran diferencia positiva a comparación de décadas pasadas.
Por Fernando Guerrero