No es un secreto que las inversiones generan rechazo e incertidumbre. La caída de grandes financieras y algunas opciones de inversión fraudulentas, hicieron que el mito que envuelve a las Casas de Bolsa se convirtiera en una especie de presagio negativo.
Sin embargo, hay una realidad que no podemos negar: las Casas de Bolsa juegan un papel fundamental para fortalecer la economía de los países, así como la de grandes compañías y la de un “pequeño” grupo personas que han elegido entrar al mundo de las inversiones; y decimos así pues de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2015, solo el 1.2% de la población mexicana tiene invertidos sus ahorros en acciones o fondos de inversión. Una cifra corta para el tamaño de nuestra población y que refleja desconocimiento de lo que se puede hacer para que nuestro dinero crezca de manera responsable.
Para eso, precisamente, existen las Casas de Bolsa. Pero… ¿cómo se conciben y definen estos lugares?
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