Probablemente recuerdes que antes de 1994, cuando el Banco de México (Banxico) no era autónomo y dependíamos principalmente de nuestras exportaciones petroleras, se trataba de mantener un tipo de cambio fijo.
Por esta razón, se vivían devaluaciones constantes que mermaban el patrimonio familiar, pero la confianza en nuestra moneda nos orillaba a mantener inversiones en dólares, que sólo otorgaban la cobertura contra esa divisa.
Así, nuestro poder adquisitivo se deterioraba, mientras nos regocijamos en esa falsa sensación de tranquilidad al tener más pesos en nuestros bolsillos.
No es difícil entender por qué los inversionistas conservadores que se encontraban cerca de su jubilación, no se preocupaban por conocer o entender otros instrumentos alternativos. Lo que sí es difícil de entender es ¿por qué si todo ha cambiado? ¡nuestras inversiones no!
Comienza con una Estrategia
Antes de considerar alguna alternativa de inversión para tu retiro, primero debes determinar cuál es tu horizonte y situación patrimonial, y así poder tomar una decisión. Es por esto que debes considerar:
Las opciones
Como alternativa a los instrumentos tradicionales, debes considerar un portafolio de inversión con instrumentos que proporcionen intereses y cobertura en dólares norteamericanos. Además de instrumentos locales que ofrezcan mayores flujos en moneda nacional, esto con la finalidad de cubrir las necesidades de corto plazo.
Es importante que incorpores a tu portafolio de inversión Estrategias en Renta Variable local y global. Pero también, es necesario que diversifiques una parte en Derivados, con lo cual optimizarás el rendimiento.
Con estos pasos podrás comenzar a desarrollar una Estrategia de Inversión para tu retiro, muy adecuada a las opciones actuales.
Para lograr que tengas éxito en tu plan de jubilación, es importante que contactes a un asesor experto en inversiones, él te ayudará a trazar la ruta adecuada hacia tu futuro de ensueño.
Nunca es tarde para comenzar a invertir para tu retiro. Recuerda que tu presente define tu futuro.
Por Everardo Villalobos
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