Hagamos matemáticas simples. Supongamos que tenemos un sueldo de $100 mil pesos al mes. Entre pago de renta y/o hipoteca, más gastos en general de manutención, tenemos cerca de $60 mil pesos para ocuparlos como quieras durante 30-31 días, según sea el caso.

Ahora hagamos un supuesto. Como sabes que puedes darte pequeños lujos comienzas a barajear la posibilidad de cambiar tu automóvil. El que tienes es bueno, no tiene fallas mecánicas, pero quieres darte una mejor vida.

Ahora vayamos a la realidad. Un automóvil durante muchos años ha significado un sinónimo de estatus. Incluso, había un dicho popular… ”como te ven, te tratan”. Afortunadamente, ese pensamiento poco a poco ha ido cambiando. Hoy, si utilizas transporte público o medios alternativos como la bicicleta o los recientemente popularizados scooters en tu vida diaria, resulta positivo para la sociedad. Pero vayamos a los datos duros y a una pregunta que muchos deberíamos hacernos antes de tomar una decisión de gasto de tal magnitud: ¿realmente necesitas un automóvil último modelo? Tomando el supuesto de arriba, la respuesta es NO.

Y tal vez convenga hacer otra pregunta: ¿por qué no invertir ese guardadito y esas mensualidades y ponerlas en instrumentos que ayuden a que tu dinero se multiplique?

Hagamos otro supuesto. Compras el automóvil o camioneta. Te deshaces de ese guardadito de 200 mil pesos que tenías de ahorro para dar un buen enganche y te queden cómodas mensualidades de $10 mil pesos. Hasta aquí todo bien.

Gasto contra inversión

 Llega el día soñado y vas a la agencia a recoger tu auto. Los primeros metros que recorras con él fuera de la agencia el bólido perderá, en promedio, 27% de su valor. En un universo paralelo, ese dinero que sirve para enganche y mensualidades poco a poco se hace más grande. La razón: alguien decidió no comprar, sino invertir.

La diferencia entre comprar el último modelo e invertir es clara:

• Cuando uno gasta, dicen expertos, es para satisfacer un deseo inmediato que muchas veces no es una necesidad y termina representando una pérdida de tu patrimonio y el poder adquisitivo de tu dinero.

• ¿Y cuando uno invierte? Hay varios motivos que nos dicen por qué es mejor invertir. En primer lugar. Tu dinero, si lo pones en manos de un buen estratega/Casa de Bolsa, estará sometido a una fórmula de rentabilidad que te ayudará a multiplicarlo. Para fines prácticos. Tu dinero generará “más dinero”, gracias a los intereses, dividendos y ganancias de capital, inherentes a cualquier inversión, que se acumularán durante el plazo al que la fijaste. Es decir, la apreciación de este capital, que se hará de forma pasiva y gradual, es el fin mayor que busca cualquier inversionista.

En contraste, si compras tu automóvil, año con año éste perderá entre el 15 y el 25% de su valor.

Apreciación Vs. Depreciación

La cosa es clara: la apreciación del capital de una inversión refleja el aumento del valor de la inversión, que estará sujeto al plazo de ésta, así como a las condiciones internas y externas del mercado. La depreciación es, en este caso práctico, el dinero que estás perdiendo por haber hecho una compra, y NO una inversión que no le suma valor a tu patrimonio, sino todo lo contrario.

Recuerda que un bien, sea mueble o inmueble, no siempre es una inversión. Para invertir hay que entrar en los mercados bursátiles, de la mano de un estratega que te dicte las directrices sobre las que deberás conducir tu patrimonio presente o futuro.  

Da el siguiente paso en tus finanzas personales y comienza a invertir con la siguiente Guía para inversionistas principiantes