Uno de los principales objetivos del asesor financiero en momentos de incertidumbre es que éste sea capaz de brindarle toda la información necesaria a su cliente para tomar decisiones sobre sus inversiones.

Es crucial que el asesor sea una persona de confianza absoluta para su cliente pues de eso dependerá que se sienta plenamente seguro de que sus finanzas y movimientos están en buenas manos.

Es sabido que, es importante dentro de la información que da el asesor financiero, especificar los instrumentos y rendimientos, pero en especial dar a conocer la volatilidad a la que está expuesta el cliente.

Un inversionista tiende a evolucionar y, si este es el caso, llega un momento donde los rendimientos parece ya no ser suficientes para el cliente, debido a que hasta cierto punto se ha superado la aversión al “fracaso” y se busca ser inversionistas más sofisticados, con más ganancias, ya que la expectativa de una mejor vida ha crecido.

Un asesor a la altura de la inversión

Es en este punto en el que un inversionista puede exigirle a su asesor financiero mejorar la estrategia de inversión para lograr alcanzar las metas deseadas.

El asesor financiero deberá desarrollar una nueva estrategia de inversión debido a que es la mejor guía en un proceso de este tipo, puesto que ayuda a descartar muchas inversiones potenciales que podrían terminar ofreciendo un rendimiento por debajo de lo esperado o que, simplemente, no resultarían adecuadas para el futuro de la cartera.

Si se desea comprar un fondo que invierta en un activo en concreto, la diversidad del mercado nos va a ofrecer una gran cantidad de vehículos que apuestan por ese tipo de activo. Sin embargo, todos se van a diferenciar entre sí por muchas características y conviene estar atentos.

Toma nota: un asesor no solamente se dedica a “comprar y vender”, sino a realizar todo un análisis sistemático de las decisiones que deben tomarse para aumentar un patrimonio.

Tácticas y estrategia

Es de vital importancia que las gestoras financieras expliquen a los clientes cuál es su visión sobre el mercado y cómo la ponen en marcha a través de fondos, así mismo, es necesario que el cliente exponga claramente cuál es su expectativa y posibilidad para que el asesor desarrolle la táctica y la estrategia adecuada para alcanzar las metas trazadas.

Así mismo, es responsabilidad sumamente importante del inversionista el estar bien informado sobre el contexto de los mercados financieros y de la volatilidad que está dispuesto a correr para obtener mayores rendimientos; existen instrumentos que ofrecen ganancias de 18% o 20% anual; pero con un mayor número de variantes que te llevarían a, posiblemente, perder dinero.

Información: crucial para la toma de una buena decisión

La información se traduce en mejores resultados; en el día en el que vivimos y con la inmediatez de la información, ésta se encuentra disponible a todo el mundo y en todo momento, es importante y se vuelve una obligación que el asesor financiero mantenga a cada inversionista al tanto del desempeño de su patrimonio, en qué está invertido y qué está haciendo.

El primer punto por el cual tiene relevancia estar bien informado es tener una idea del desempeño de su ahorro y patrimonio respecto a la economía real, que esté dando rendimientos superiores a la inflación para poder mantener el poder adquisitivo a lo largo del tiempo.

El mantener un flujo de información constante permite mantener la sintonía entre el asesor financiero y su cliente. Esto es crucial, ya que el cliente siempre debe estar de acuerdo y al tanto para poder entender por qué se están tomando ciertas medidas dentro de la estrategia de inversión.

Para poder obtener mayores beneficios en las inversiones y de acuerdo a las condiciones del mercado, además de voltear a ver e identificar los mejores productos de inversión en Renta Fija, Renta Variable, divisas o cualquier otro producto financiero, hay un punto de inflexión que no se debe perder de vista: un buen asesor-estratega.

El papel del asesor-estratega es para sumar, ya que ellos son los encargados de seguir puntualmente la estrategia trazada de la mano de un portafolio de inversión, preferiblemente, bien diversificado.

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