Las inversiones de los atletas: malas y buenas adquisiciones

Todos los deportistas reconocidos llegan a donde están, por medio de constancia y disciplina.

Ambas son la base para ser un verdadero profesional en el deporte y también en la vida; lamentablemente muchos de ellos al término de su carrera, se encuentran muy mal con sus finanzas.

Al parecer se encuentran tan ocupados con su trabajo, que olvidan que la administración del dinero también se basa en disciplina y trabajo. De hecho, los pocos que no terminan en banca rota son porque asignan a alguien que los ayude a administrar sus negocios y los ayude a no despilfarrar su fortuna.

Los que fracasaron

Mike Tyson: Es considerado uno de los mejores pugilistas de todos los tiempos, perdió todo su dinero comprando cosas inútiles, además de defendiéndose de diversas acusaciones federales. En 2003 se declaró en bancarrota con una deuda de 27 millones de dólares.

Llegó a ganar 400 millones de dólares durante su carrera.

Marion Jones: Es una atleta que fue considerada la mejor del planeta a principios de este nuevo siglo, lamentablemente todo se derrumbó cuando se descubrió que utilizó esteroides para mejorar su rendimiento atlético, así también fue como comenzó su derrumbe financiero, en defensas en juicios y en tratar de limpiar un poco su reputación. Llegó a ganar 800 mil dólares por carrera y hasta un millón en promoción de marcas; al día de hoy está saliendo adelante, pero lejos está de ser la súper atleta del año 2000.

Scottie Pippen: Este jugador de la NBA vivió la gloria con los legendarios Chicago Bulls de Michael Jordan y compañía. Durante su carrera se estima que ganó más de 120 millones de dólares, los cuales perdió por malos manejos, asimismo, demandó a su abogado por no avisarle a tiempo que se estaba quedando sin dinero.

Los tres casos anteriores tienen algo en común, malos manejos financieros, sin embargo, hay historias totalmente contrarias de deportistas retirados, que con el apoyo de expertos, lograron hacer fortunas más grandes que cuando se encontraban activos.

Los que alcanzaron el éxito.

John Elway: Es recordado por llevar muchas alegrías a las personas de Denver, pero es un gran sujeto de negocios; cuando se retiró como jugador de fútbol americano, comenzó comprando concesionarias de autos, y las vendió en 2008, por la nada despreciable suma de 82.5 millones de dólares, después decidió invertir en el equipo de soccer los Colorado, Crush. Actualmente es vicepresidente del equipo para el que jugó, es un gran inversionista y tiene un salario de tres millones de dólares anuales. Su fortuna es de 145 millones de dólares y continúa creciendo.

Michael Jordan: Es el basquetbolista más grande de todos los tiempos, cuenta con una fortuna de nada más y nada menos que ¡mil millones de dólares! Desde que era jugador Jordan supo sacar provecho de su nombre como marca, primero Nike le dio uno de los mejores contratos en la historia y hoy en día “Air Jordan” es una sub-marca de la compañía de Oregon, y le genera ganancias anuales por más de 2.5 mil millones de dólares.

Además es dueño de una franquicia de la NBA, Charlotte Bobcats. Michael Jordan es un ejemplo de éxito en los negocios

David Beckham: Tuvo una carrera como futbolista por poco más de 2 décadas, durante las cuales en 2 ocasiones fue galardonado como subcampeón mundial de la FIFA. Sin embargo más allá de su gran capacidad como futbolista se ha convertido en una gran celebridad. Se estima que la fortuna de David Beckham junto con la de su esposa Victoria Beckham alcanza cerca de 700 millones de euros.

Esa cantidad de dinero es necesaria para mantener su lujoso estilo de vida pues posee casas por todo el mundo, y a cualquier lado que viaja lleva a su gran equipo de asesores y seguridad.

Sin duda poder multiplicar tu dinero de esa manera solo se puede alcanzar mediante disciplina, planeación, trabajo duro y la asesoría permanente de expertos en inversiones.

Conoce como tú también puedes diversificar e invertir tu dinero en distintos tipos de negocios, hacerlo crecer y mantener una buena calidad de vida y de tu familia, aún después de concluir tu carrera como deportista.