En México, al menos el 72% de los padres consideran que pagar por la educación de sus hijos es la mejor inversión que pueden hacer, según datos financieros recopilados en el estudio El Valor de la Educación: Un trampolín para el éxito.
El estudio indica que el porcentaje de padres mexicanos que quiere enviar a sus hijos a la universidad es del 99%. Sin embargo, el 51% desearía haber comenzado a ahorrar antes para ello. La razón: muchos creyeron que su vida productiva nunca entraría en una curva decreciente.
Si una persona comienza a ahorrar desde el nacimiento de su hijo, con una planeación financiera pensada con objeto de capitalizar sus estudios básicos, medios y superiores en instituciones privadas, de acuerdo con el estudio, tendría que destinar en promedio 18% de su ingreso mensual a partir del parto y hasta el momento en que su hijo concluya con su carrera universitaria.
Expertos aseguran que, si no se cuenta con una planeación financiera adecuada para pagar por la educación privada de su hijo, todo padre de familia tendría que destinar en promedio 25% de su salario durante todo el periodo de escolaridad. Es decir, durante unos cinco años.
Para evitar la descapitalización sin comprometer el futuro, se recomienda iniciar un plan de ahorro desde el inicio de la familia, como lo sugiere el estudio, siempre contando con instrumentos diversificados que permitan hacer crecer el dinero.
La mejor manera para comenzar ese ahorro, que a la postre se convierta en una inversión reflejada en un título universitario, es hacerlo de la mano de una Casa de Bolsa que ponga a tu disposición un estratega que se convierta en el mejor aliado de la economía familiar.
Es importante comenzar a invertir pronto. ¿Por qué? Porque la vida productiva de un hombre o mujer de 35 años de edad que acaba de tener un hijo, podría no estar en su punto máximo al momento de que el hijo cumpla los 18 años, tiempo en el que se necesita una inversión de capital importante para poder proporcionarle una carrera universitaria.
Es importante contar con datos suficientes para tomar opciones informadas, determinar el tipo de educación que se desea fomentar y en qué universidad se le impartiría, ya sea dentro o fuera del país, de esta manera y estableciendo las metas de manera clara.
Sólo así se podrán tomar las decisiones correctas para armar un portafolio de inversiones adecuado y diversificado para lograr los objetivos deseados.
Es muy probable que en esta etapa de tu vida estés viviendo al máximo y esa emoción no te permita ver que, como todo en la vida, llegará un momento donde tu vida productiva no sea igual para amasar el capital que lograrás en tus años más productivos que pueden ser los actuales.
Así, lo mejor es que ese 25% que destinarás en 18 años lo comiences desde hoy. Y, haciendo un cálculo sencillo, si tú hoy decides aportar ese dinero, éste terminará multiplicándose y, además de servirte para pagar la colegiatura, por qué no, tendrás un extra para que tu hijo pueda realizar un intercambio o reinvertir el excedente a corto plazo para poder apoyarlo con el pago de una maestría.
La idea de hacer una inversión universitaria es que en la etapa donde un hijo no representa grandes gastos, puedas hacer un pequeño sacrificio y destines parte de tu sueldo para cumplir una meta futura que hoy en día para muchos es un verdadero suplicio.
La ecuación es simple: separa una parte del sueldo, inviértelo en una Casa de Bolsa con el apoyo de un verdadero estratega en inversiones y resuelve a tiempo lo que representa un asunto que podría ser un problema en el futuro.
Comparte: