Hoy en día, para bien de todos los inversionistas mexicanos, existen muchos y diversos productos e instrumentos de ahorro, protección e inversión que forman parte del Sistema Financiero mexicano y están regulados y protegidos por sus leyes y reglamentos.
Por ejemplo, tenemos tarjetas de débito o nómina bancaria, fondos de inversión de deuda y otros muchos productos e instrumentos que a medida que vamos conociendo, aprendiendo y documentándonos sobre este tema, podemos ir aprovechando.
Es muy probable que ya hayas escuchado sobre productos de “ahorro y protección” en seguros de vida. Los cuales tienen diferentes nombres, pero en esencia es un seguro dotal, es decir, dejar una dote.
Poniéndolo de otra manera, un seguro dotal es aquel instrumento de protección por fallecimiento o invalidez que te ayudará a ahorrar forzosamente una prima (probablemente anual), durante un determinado tiempo. En este caso, si el objetivo es la educación de los hijos, será a 18 o 20 años aproximadamente.
Estos productos son muy buenos, pero como todo en esta vida tienen sus pros y sus contras. Si lo analizamos, es un híbrido:
El principal inconveniente es que hasta este momento solo estamos hablando de ahorro y no de inversión. Y es que esta tasa de rendimiento generalmente no es mayor a la inflación, lo que magnifica el inconveniente cuando hablamos de un plazo de 15 0 20 años.
Otro punto a favor y en contra es que te obligan a ahorrar. Esto puede parecer un punto a favor si no estás acostumbrado a hacerlo, pero el problema viene cuando tienes algún inconveniente y no puedes dar la aportación obligatoria. Las sanciones o penalizaciones por no hacerlo, llegan a ser muy costosas y pueden quitarte los de por sí bajos rendimientos.
Evoluciona con inversiones
Pero, ¿cuál sería la optimización de un producto de seguro de vida e inversión? La respuesta es tener 2 productos y usarlos en conjunto, pero de forma individual.
Como “inversionista en evolución”, debemos documentarnos, saber que es mejor protegernos e invertir, en lugar de protegernos y ahorrar. Este pequeño ajuste y actualización en las finanzas personales es una ligera economía de escala a nuestro favor, y si lo consideras en aportaciones voluntarias durante 12 meses a lo largo de 20 años. Te sorprenderás de la maravilla de un rendimiento compuesto o capitalizable.
Es indispensable que una persona con dependientes económicos tenga contratado un seguro de vida de pura protección por fallecimiento e invalidez. Es decir, un seguro de vida (sin ahorro) que garantice en su ausencia o invalidez que sus beneficiarios reciban ese monto que tan amorosa y preventivamente decidiste contratar.
Es por esto, que te invitamos a evaluar y comparar matemática y financieramente la parte que ahorras, para que evites hacerlo adentro de un seguro de vida, ya que verás que si la inviertes en instrumentos financieros nacionales o internacionales tendrán un mejor resultado.
A lo largo de 20 años, coloca todo a tu favor. Puedes poner a trabajar arduamente tu dinero en activos, como acciones de empresas exitosas y rentables que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores o en su sección Internacional.
La clave estará en diversificar tu inversión, es decir, tener una parte en pesos, una en dólares, un porcentaje en acciones, otro en renta fija, etc. siempre considerando el perfil que se tiene como inversionista. Conoce cuál es tu perfil de inversionista.
El primer paso para comenzar a invertir es contactar a un asesor en inversiones con él podrás identificar tus objetivos, horizonte de inversión, necesidades específicas, y con eso la mejor combinación de activos para alcanzar tus objetivos.
Por Jesús Moisés García
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