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Inversiones verdes y sustentables

La preocupación internacional por los efectos negativos del cambio climático, sigue aumentando, aunque, ofrece grandes oportunidades de inversión.

En el año 2030 se requerirán inversiones de 93 billones de dólares en soluciones climáticas globales. Eso es 88 veces el Producto Interno Bruto de México o 1.23 veces el PIB mundial, según datos de la Comisión Global sobre Economía y Clima, un think tank impulsado por Colombia, Etiopía, Indonesia, Corea, Noruega, Suecia y Reino Unido. 

Hasta 2016, en el mundo, se tenían identificados 694 mil millones de dólares en bonos relacionados al cambio climático y de ellos solo 118 mdd en bonos verdes con recursos etiquetados para dicho fin, es decir, menos de dos centavos (0.017%) por cada dólar de los instrumentos colocados, según los datos de la ONG británica Climate Bonds Initiative (CBI).

Pero, ¿qué son los bonos verdes? Son instrumentos financieros para financiar o refinanciar proyectos de infraestructura (energía renovable, transporte sostenible, manejo de desechos, agua, entre otros).

 Los recursos obtenidos con la emisión en los mercados de valores están orientados (o etiquetados o estipulados en el prospecto de colocación) para proyectos que mitiguen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

 En suma, son instrumentos de deuda, que, dado el apetito de los inversionistas por apoyar proyectos dirigidos a la mitigación de los GEI, se traduce en menores tasas de interés por la gran demanda de dichos papeles.

 En México, el primer bono verde de deuda colocado en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) fue en octubre de 2016 por parte de la gubernamental banca de desarrollo Nacional Financiera (Nafin) con dos mil millones de pesos (alrededor de 108 mdd) para financiar proyectos de energía (parques eólicos e hidroeléctricas). Esos recursos se tendrán que pagar en 2023.

 Sin embargo, un año antes la misma Nafin ya había colocado un bono verde en Wall Street por 500 millones de dólares para financiar parte la mega planta de energía “Aura Solar I” en La Paz, Baja California Sur. Ese préstamo bursátil vence en octubre de 2020.

 Actualmente, en la BMV solo hay dos bonos verdes colocados (Nafin y el gobierno de la Ciudad de México) por un monto de tres mil millones de pesos, cifra que al tipo de cambio de cada colocación equivale a unos 157 millones de dólares.

 En Wall Street hay cinco bonos, el de Nafin y cuatro del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM). En 2016, GACM colocó dos por mil mdd cada uno, el primero a un plazo de 10 años con tasa de 4.37% y el segundo a 30 años con tasa de 5.60 por ciento. En 2017 emitió otro de mil mdd a 10 años con tasa de 3.87% y otro por tres mil mdd a 30 años con tasa de 5.50 por ciento.

En suma, los bonos verdes etiquetados suman seis mil 657 millones de dólares. Esa cifra supera ampliamente lo que tenía registrado la CBI en 2016 de tan solo mil 300 mdd de bonos relacionados y de los cuales ya consideraban los 500 millones de dólares de Nafin.

 Según la CBI, al primer trimestre de 2018 se colocaron 71 bonos verdes por un monto de 25 mil 800 mdd. Sobresalen Suecia con 11 emisiones, China con 10 y Estados Unidos con nueve.

 

 Ley impulsará el mercado

 Dentro de los llamados bonos verdes, también están los certificados de reducción de emisiones de dióxido de carbono o créditos de carbono, los cuales son comercializados en los mercados financieros internacionales en el llamado “mercado de carbono”.

 Recientemente (25 de abril de 2018) la Cámara de Senadores al igual que la Cámara de Diputados aprobaron una reforma a la Ley General de Cambio Climático (LGCC), con lo cual el mercado de carbono será obligatorio y será en los próximos meses cuando la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) emita las leyes secundarias para que a más tardar en agosto próximo inicie la fase piloto de tres años. 

Así que empresas públicas o privadas (por ejemplo) con proyectos orientados a la generación de energía limpia, eficiencia energética, forestación, entre otros pueden aplicar para emitir y vender Certificados de Emisiones Reducidas (CER). Un CER equivale a una tonelada de dióxido de carbono (CO2).

Esos CER se venden en el mercado de carbono. Dichos bonos verdes operan como cualquier acción representativa del capital social de una empresa en alguna Bolsa de Valores, nada más que para el caso son permisos que una empresa contaminante paga a otra que por sus procesos mitigó la emisión de GEI. Esos son los “bonos de carbono”, también llamados “bonos verdes”.

 La venta de bonos de carbono, inició en Europa en 2003 y en México la primera venta se realizó en 2015 a través de las compras realizadas por las aerolíneas Volaris y Aeroméxico. En 2016, se sumaron otras compradoras como Manpower y el Club de Fútbol Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

 Si bien, hay varios proyectos que pueden emitir bonos de carbono, resalta el caso de la maderera mexicana Proteak que capitalizó una de sus plantaciones forestales (proyecto Fresh Breeze Afforestation) realizadas entre 2009 y 2014 en casi cuatro mil hectáreas y en 2016 en una primera serie emitió 245 mil 652 CER.

 En 2017, Proteak vendió 100 mil 100 bonos de carbono a la empresa ENI Shipping. Para 2018, la compañía dispone de 145 mil 500 bonos de carbono.

 Así que, si entre tus propósitos está colaborar contra el calentamiento global, contacta a un asesor financiero   de una Casa de Bolsa para conocer las oportunidades de inversión que tiene en el mercado de bonos verdes. 

¡No esperes más y lánzate por rendimientos verdes!

Invertir puede ser unos de los mejore hábitos, adóptalo con la guía que preparamos para ti 

Nuevo llamado a la acción

Por Tomás de la Rosa 

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