Bien dicen que para evitar preocupaciones hay que ocuparse.
En esta ocasión, para que no te agobies por la cuesta de enero, ¿qué te parece si empiezas el 2016 poniendo tu dinero a trabajar? ¿Cómo? La mejor respuesta siempre será invertir. Recuerda: dejar tu dinero bajo el colchón, o seguir acumulando ese “guardadito”, se traduce en permitir que éste pierda su valor con el paso del tiempo y la inflación. En cambio, invertir significa obtener frutos de ese dinero.
Aquí compartimos contigo algunos puntos que debes considerar para crear una estrategia de inversión y empezar el año con el pie derecho, lejos de preocupaciones financieras. Una inversión se convierte en un ahorro con mayores rendimientos. Claro, si se determina una buena estrategia y se va de la mano de un buen asesor financiero. Nunca pierdas de vista que cuando se trata de invertir, la magia no existe.
¿Qué deseas lograr? Define un objetivo
No todas las personas perseguimos las mismas metas. Estas varían dependiendo de nuestro estilo de vida, compromisos, edad, y gustos personales. Por ejemplo, hay quienes desearán iniciar el año con una estrategia de inversión que les permita lograr un buen retiro dentro de un par de décadas; otros estarán pensando en adquirir una casa o un coche en los próximos años; o quizás, desean crear un patrimonio lo suficientemente fuerte como para solventar la educación de los hijos hasta su universidad. Hacer una lista de tus objetivos te permitirá esclarecer el tipo de estrategia, los instrumentos que necesitas y el tiempo del que dispones para lograrlo. Invertir sin tener bien clara la meta es como dar vueltas en círculos: nunca llegas al final y, tal vez, en algún momento rozaste la meta pero nunca lo notaste.
¿De cuánto tiempo dispones? Identifica el lapso de tiempo para alcanzar la meta y cuánto tiempo tienes disponible para vigilar tu inversión
Fijar un horizonte de inversión es primordial, ya que te ayudará a identificar los instrumentos que mejor se ajusten a tus planes. Es muy importante elegir un monto de capital que no necesites (no querrás estar en aprietos y en urgencia de ese dinero); pero si vas a necesitar pronto el capital que estás invirtiendo hoy, deberás considerar instrumentos de corto plazo y que te den mayor liquidez y estabilidad. Pero, si tu meta es a 10, 15 o 20 años, por ejemplo, deberás enfocarte en buscar un mayor retorno, y preocuparte menos por la estabilidad y liquidez a corto plazo.
También debes tomarte el tiempo de calcular de cuánto será el monto a futuro de la meta, no olvides considerar la inflación, los impuestos y demás. En el corto plazo se consideran aquellas inversiones de un año, después está el mediano plazo hasta los cinco años y luego inicia el largo plazo.
¿Cuál es tu tolerancia al riesgo?: Elige los instrumentos y estrategias que puedan brindarte seguridad o comodidad y también buenos retornos
Piensa qué tanto puedes aceptar tener bajas o pérdidas en tu inversión. En este punto es importante considerar que no es necesario tomar más riesgos de los que puedas (o debas) tomar, pero recuerda que un mayor riesgo implica una mayor recompensa. Asimismo, considera cuánto tiempo tienes para llegar a tu objetivo.
Las inversiones a largo plazo pueden ser más agresivas porque tendrás el tiempo a tu favor para permitir que el mercado se recupere de sus bajas. Al estar invirtiendo en un horizonte mayor, es más difícil predecir con seguridad el comportamiento del mercado, así que implica más riesgo, por lo que muchos invierten cantidades más pequeñas, pues el tiempo y el riesgo pueden potenciar más tus retornos que en un horizonte cortoplacista.
En el largo plazo muchos inversionistas prefieren apostar por las empresas grandes y estables. Asimismo, este plazo es útil para los inversionistas principiantes que no disponen de mucho margen entre sus ingresos y sus gastos, sino que pueden ir abonando poco a poco. Aunque también existen los inversionistas que pueden obtener fuertes retornos en las oportunidades del mercado en el día a día y como no existe el factor tiempo a su favor, invierten fuertes cantidades de dinero y de manera más activa para aprovechar eficazmente la volatilidad de los mercados. Aunque para las necesidades en el corto plazo, se sugiere elegir un riesgo bajo o moderado. No debes arriesgar más capital del que puedas aceptar perder.
Estructura una estrategia de inversión diversificada y los instrumentos que utilizarás
Cualquiera que sea tu perfil de inversión, una de las mejores formas de reducir el riesgo al invertir es diversificando. Además, ninguna sola clase de activos es útil para todas tus metas.
La asignación de activos, que significa combinar diferentes clases de activos en diferentes cantidades dependiendo de tus metas, es la clave del éxito de tu estrategia de inversión. Si eres principiante, te recomendamos buscar un asesor financiero, que podrá hacerte útiles recomendaciones en diversos activos, pues existen opciones que van desde: pagarés, Cetes y Cetes directos, fondos de inversión, fondos de capital privado y hasta inversiones directas en el mercado bursátil.
Por Macarena Quinzaños
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