Si bien, las principales razones de la depreciación del peso obedecen a causas externas, ajenas a la severa crisis política que atraviesa el gobierno Federal, existen también algunos factores internos que contribuyen a una mayor presión sobre el tipo de cambio.
El Banco de México (Banxico), ha manifestado su preocupación por el deterioro del déficit fiscal, el cual se ha ubicado en niveles no vistos en varias décadas. Asimismo, ha manifestado la necesidad de alcanzar un superávit primario, lo cual significa que el gasto del gobierno, sin considerar el pago de la deuda, sea mayor o igual a sus ingresos. Esto ayudaría a enfrentar las eventualidades del exterior y bajar la presión del tipo de cambio.
El déficit fiscal también se ve reflejado en el déficit en cuenta corriente, es decir, que la economía mexicana consume más de lo que produce. En consecuencia, tenemos que importar más bienes para satisfacer esas necesidades de consumo, en otras palabras, demandar mayor cantidad de dólares para traer esos productos.
Banxico tras la Fed
Por otro lado, de incrementarse las tasas de interés en EEUU, es muy probable que Banxico siga sus pasos, y el gobierno tendría pagar más intereses por la deuda que contrate, lo que podría deteriorar más al déficit fiscal. Sin un control esto podría generar un importante desequilibrio en las finanzas públicas.
Ante esto, el pasado 8 de septiembre, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade entregó al Poder Legislativo, el Paquete Económico 2017, donde informó que para el próximo año habrá un recorte presupuestal de 239 mil 700 millones de pesos.
El presupuesto presentado al Congreso de la Unión, no convenció por completo a los mercados y analistas, por no dar una señal clara de que el gobierno realmente busque reducir gastos innecesarios y otorgar estabilidad a las finanzas públicas del país.
Esto ha generado también incertidumbre en los mercados financieros locales y ha provocado que, con cifras al cierre de agosto, pareciera regresar la tendencia de salidas de capitales extranjeros. Por consiguiente una gran presión al tipo de cambio.
De llegar Trump a la presidencia de Estados Unidos, es muy probable que veamos al peso en niveles mucho más altos. El gran riesgo, al que deberá estar atento el Banxico, es al impacto que este nivel de tipo de cambio tenga sobre la inflación.
En el caso de los inversionistas que mantienen Estrategias de Inversión en activos internacionales, sin duda, esta depreciación ha contribuido a otorgarles rendimientos atractivos en moneda nacional. Sin embargo, es imprescindible corroborar con un asesor de inversiones, si la Estrategia que tienen es acorde con sus objetivos, ante un entorno de mayor volatilidad que se registraría en las semanas consecutivas.
Por Fernando Guerrero Blanco
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