Recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) expresó su preocupación por los países que de verdad sufrirán el impacto en la baja del precio del petróleo.
Esos mismos que cinco años atrás eran vistos como el motor de la economía mundial, en tanto los desarrollados se debatían en sus graves crisis financieras y sociales.
Sorprende, una vez más, aquello de que no hay nada más constante que el cambio, lo que hace que los países tengan que adaptarse a un universo económico que se mueve aceleradamente, y en el que las naciones en desarrollo todavía fallan en aquello de estar preparadas.
Baja el petróleo, baja el crecimiento
Según el Fondo, la baja en el precio del petróleo, por encima del 50% en apenas un año, continuará en los siguientes 12 a 24 meses. Ello implicaría una reducción en un punto porcentual a la media anual del crecimiento económico entre 2015-2017 en los países exportadores de materias primas. En los exportadores de energía, sería de cerca de 2.5%.
Carlos Fritsch, director general de Prognosis, mostró sorpresa con la reducción de las expectativas del FMI, porque el hecho de que los precios del crudo bajen, suele contribuir al crecimiento. Pero claro, en esta línea siempre hay ganadores y perdedores. Entre los ganadores identifica a los consumidores: Estados Unidos, Japón, China, entre otros; mientras del lado de los perdedores están Rusia, Venezuela, Irán, Irak, y México, aunque en su opinión, en menor medida.
Pese a las estimaciones positivas de la economía de Estados Unidos para el futuro próximo, las de la economía global bajaron, algo que llamó la atención en días pasados del especialista independiente para la Bolsa Mexicana de Valores. Las revisiones más dramáticas, dijo en entrevista televisiva, fueron las de Rusia, para el que se estima un decrecimiento de 3.5%.
¿Y México?
En 2015, el gobierno mexicano blindó los ingresos petroleros con una cobertura que fijó el precio mínimo en 76.4 dólares por barril, lo que garantiza esa ganancia, independientemente de lo que ocurra en el mercado internacional.
Viendo hacia 2016, se compraron opciones put en el mercado de derivados internacionales, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para asegurar un precio promedio de 49 dólares por barril. El objetivo de estas acciones es blindar las finanzas públicas. Pero, todo tiene su precio.
Se cubrirán 212 millones de barriles para 2016, por los cuales se pagarán 1,090 millones de dólares o 17,503 millones de pesos. Esta es la segunda cobertura más cara desde 2012, teniendo en cuenta que el valor de la mezcla mexicana de exportación ha llegado a los casi 38 dólares por barril.
Si bien México se prepara para esta guerra del petróleo que tanto daño le está haciendo a las viejas promesas emergentes del pasado, la capacidad del gasto del gobierno se verá afectada. La razón es que el oro negro aporta alrededor del 30% del presupuesto público y como 6% del PIB nacional.
Adaptarse al cambio
A principios de este mes, KPMG International, red de firmas multidisciplinarias que proveen servicios de auditoría, impuestos y asesoría, dio a conocer su Índice de Preparación para el Cambio, realizado en asociación con Oxford Economics, único en su clase a nivel mundial.
Se clasifica en este la capacidad para prepararse y responder ante la aceleración del cambio global, desde desastres naturales e impactos económicos y políticos, hasta tendencias a largo plazo como demografía y nuevas tecnologías.
México se ubicó en el bloque de países con ingresos superiores a la media, en el lugar 42, de 127, por arriba de economías similares como Indonesia (43), China (45), Brasil (59) y Rusia (63). Fueron destacadas, por supuesto, las áreas de oportunidad en las que la nación deberá trabajar, ya que este indicador está diseñado, justamente, para que los sectores público y privado lo tengan en cuenta a la hora de crear políticas públicas e inversiones.
En definitiva, el nuestro es de los países que tienen la oportunidad de no quedarse rezagados, de no pertenecer a aquel grupo de emergentes que una vez tuvo la posibilidad de ser parte del cambio y no lo hizo. Para ello, habrá que trabajar en esos temas, que a la hora de hablar de economía, poco se tocan, pero que son fundamentales: Seguridad (lugar 110), Estado de derecho (en el lugar 81) y Acceso a la tecnología (63).
Por Gabriela Guerra Rey.
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