Una de las claves para lograr una inversión exitosa es la diversificación.
Esta palabra mágica, que significa distribuir nuestras inversiones entre diferentes tipos de activos financieros y de emisores, puede ser la diferencia entre ganar mucho y perderlo todo.
La principal motivación para hacerlo será reducir el riesgo de nuestras inversiones. Por ejemplo, si estamos invirtiendo en el mercado accionario, al invertir en una sola acción el 100% de nuestros recursos (dinero), el rendimiento de esta puede verse mermado si esa empresa reporta baja en sus utilidades, pierde mercado respecto de la competencia o si se endeuda demasiado. Incluso podemos perder todo el capital invertido si la firma llegara a quebrar.
Ahora bien, si nos interesa mucho el sector en el que está la empresa donde vamos a invertir, es mejor hacerlo en varias firmas que estén dentro del mismo. ¿La razón? Aunque habrá algunas más endeudadas que otras, unas mejor administradas o con mayor participación de mercado, cuando a alguna le va mal, con el resto nos podemos recuperar. Aunque no perdamos de vista que si todo el sector resulta golpeado por condiciones del mercado, ya sea local o global, toda nuestra inversión se verá afectada.
Lo más recomendable es invertir en varios sectores; lo óptimo, hacerlo en diferentes tipos de mercados. Accionario, deuda o tipo de cambio, son algunas opciones. Debemos tener presente que mientras más diversificadas sean nuestras inversiones, correremos menos riesgo de perder nuestro dinero, o de que nuestros rendimientos se vean disminuidos, cuando hay situaciones de volatilidad y estrés en los mercados financieros.
Muchas personas se preguntan cómo lograr una inversión que sí les deje buenos rendimientos, en la que se corra “menos riesgo”. Desde mi punto de vista, para lograrlo se debe buscar una combinación de activos que ayude a maximizar el rendimiento de nuestro portafolio, acompañado de un nivel de volatilidad que nos haga sentir cómodos. Este, sin duda, dependerá del tipo de inversionista que seamos, el cual está definido por tres factores:
Ya sabiendo esto, es recomendable que el inversionista contacte a un asesor financiero, para que junto con él diseñen una estrategia de inversión que se ajuste a su perfil.
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