¿Recuerdas la primera vez que manejaste? Seguramente no la has olvidado, porque es muy probable que estuvieras emocionado y muy nervioso.
Las primeras veces en, prácticamente, todo lo que hacemos suelen ser inquietantes. Y es que estamos pisando terrenos vírgenes. En consecuencia, solemos apoyarnos en gente cercana para recibir su consejo. Sin embargo, en temas financieros, tal vez esta regla no se cumpla del todo, ya que existe un gran desconocimiento en la materia.
A mí sí me pasó
Generalmente, y fue mi caso, la primera vez que buscamos a quien nos asesore para invertir unos ahorros (que tenía casi al finalizar el último semestre de la carrera universitaria) termina siendo algún ejecutivo de alguna sucursal bancaria.
Hace aproximadamente 15 años abrí una cuenta de inversión que estaba destinada, simplemente, a resguardar el excedente de algunos ingresos que había obtenido por trabajar en un videoclub.
Fue un pagaré a 28 días donde deposité aquella módica cantidad. Para mí fue un despertar enterarme que podía generar dinero… con mi dinero. Me sentía como si estuviera ingresando a un selecto club, aunque sinceramente no tenía mucha idea del universo de instrumentos en los que podía canalizar mis ahorros.
Lamentablemente, no me enteré de la enorme gama de instrumentos existentes por la persona que abrió mi cuenta de inversión. Recuerdo que la atención de aquella ejecutiva estaba más centrada en venderme una tarjeta de crédito y por traspasarme a la Afore de su banco.
El tiempo también vale
Ha pasado casi una década y media de aquella visita al banco y las cosas no han cambiado mucho. Cada vez que entro a una sucursal bancaria, las prioridades para esas instituciones siguen siendo los productos como el crédito y los seguros. Las inversiones, desafortunadamente, siguen siendo una prioridad secundaria para la mayoría de los grupos financieros.
A principios de este siglo, la información sobre inversiones era escasa. Además, no existían muchos lugares donde conseguirla y la generalidad era que los bancos estaban poco preocupados por sofisticar a sus clientes en esta materia.
Nuevos años, nuevos bríos
El principio de este siglo fue marcado por cosas como el 2YK o Error del Milenio; la cinta Gladiador ganaba el Oscar a la mejor película y durante ese año (2001) los pagarés tenían rendimientos superiores al 7%, así que mi pagaré me dio un retorno del triple de lo que habría dado este 2015.
Aunque, para poner un contexto justo, durante ese mismo año la inflación promedio fue superior al 9%. Es decir, la tasa real que tuvo mi inversión fue negativa. Además, en aquel 2001, entre otros datos, el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores inició en 5652 puntos y la paridad del peso y el Dólar Americano fue de $9.46.
Una gran lección
La curva de aprendizaje de estos años me ha enseñado que el primer paso que di para iniciarme en el fascinante mundo de las inversiones fue un buen inicio. Pero, el mayor acierto fue no dormirme en los laureles de aquel pagaré bancario.
La cantidad y las características de los instrumentos de inversión han cambiado. Si hoy existe un “Edgar” en busca de iniciar su primera inversión en este 2016, seguramente tendrá un mejor saque que el que yo tuve hace 15 años.
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Por Casa de Bolsa Finamex
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