Durante los últimos 30 años el Sistema Financiero Mundial se ha desarrollado exponencialmente, no sólo en tamaño y participantes, sino también en diferentes esquemas o formatos de inversión.
En sus inicios, los mercados financieros sólo contaban con dos tipos de instrumentos en términos generales:
Así, el inversionista sólo tenía dos opciones: ser dueño de una parte de la empresa donde quería invertir o prestar su dinero a alguna Institución. En la primera, su rendimiento o plusvalía dependía de los resultados de la empresa; en la segunda, recibía una tasa de interés en un plazo estipulado.
Después, se buscó que los pequeños y medianos inversionistas tuvieran acceso a los mercados que requieren grandes cantidades de dinero. Para esto, el mecanismo que se encontró fueron los Fondos de Inversión, que se convirtieron en los vehículos, a través de los que se podría accesar a cualquiera de estos mercados. Eso sí, con sumas de dinero más accesibles. La idea: fomentar la inversión en pequeños y medianos inversionistas.
Pero…¿qué son los Fondos de Inversión?
Están constituidos como una empresa que tiene como objetivo comprar y administrar cierto tipo de instrumentos de inversión. En sus inicios, existían los que te permitían invertir en renta variable (acciones) y otras para Invertir en renta fija (deuda).
Actualmente, y con la evolución de los mercados, existen de muchos tipos. Por ejemplo, aquellos que invierten en derivados, notas estructuradas, Índices, diferentes monedas o en diferentes países. Hoy, el inversionista moderno tiene acceso, prácticamente, a cualquier inversión, de cualquier tipo, en cualquier moneda y en cualquier parte del mundo.
Las Carteras son prácticamente idénticas a los fondos de inversión. La única diferencia es que no están constituidas como sociedades anónimas, sino como mandatos para invertir en cierta clase de instrumentos financieros. Al ser mandatos son más transparentes para la clientela inversionista. ¿La razón? Éstos pueden ver en su estado de cuenta cada tipo de instrumento o activo financiero que constituye el mandato. Sin olvidar que son mucho más personalizadas que los fondos de inversión y pueden adaptarse a necesidades específicas y a una incorporación más eficiente de nuevos productos y oportunidades.[:en]Durante los últimos 30 años el Sistema Financiero Mundial se ha desarrollado exponencialmente, no solo en tamaño y participantes, sino también en diferentes esquemas o formatos de inversión. En sus inicios, los mercados financieros solo contaban con dos tipos de instrumentos en términos generales:
Así, el inversionista solo tenía dos opciones: ser dueño de una parte de la empresa donde quería invertir o prestar su dinero a alguna Institución. En la primera, su rendimiento o plusvalía dependía de los resultados de la empresa; en la segunda, recibía una tasa de interés en un plazo estipulado. Después, se buscó que los pequeños y medianos inversionistas tuvieran acceso a los mercados que requieren grandes cantidades de dinero. Para esto, el mecanismo que se encontró fueron los Fondos de Inversión, que se convirtieron en los vehículos, a través de los que se podría accesar a cualquiera de estos mercados. Eso sí, con sumas de dinero más accesibles. La idea: fomentar la inversión en pequeños y medianos inversionistas. Pero…¿qué son los Fondos de Inversión? Están constituidos como una empresa que tiene como objetivo comprar y administrar cierto tipo de instrumentos de inversión. En sus inicios, existían los que te permitían invertir en renta variable (acciones) y otras para Invertir en renta fija (deuda). Actualmente, y con la evolución de los mercados, existen de muchos tipos. Por ejemplo, aquellos que invierten en derivados, notas estructuradas, Índices, diferentes monedas o en diferentes países. Hoy, el inversionista moderno tiene acceso, prácticamente, a cualquier inversión, de cualquier tipo, en cualquier moneda y en cualquier parte del mundo. Las Carteras son prácticamente idénticas a los fondos de inversión. La única diferencia es que no están constituidas como sociedades anónimas, sino como mandatos para invertir en cierta clase de instrumentos financieros. Al ser mandatos son más transparentes para la clientela inversionista. ¿La razón? Éstos pueden ver en su estado de cuenta cada tipo de instrumento o activo financiero que constituye el mandato. Sin olvidar que son mucho más personalizadas que los fondos de inversión y pueden adaptarse a necesidades específicas y a una incorporación más eficiente de nuevos productos y oportunidades.
Por Fernando Guerrero
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