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Una crisis como la de VW, ¿puede afectar mis inversiones?

Antes de responder cualquier pregunta, debemos entender que pasó con Volkswagen y cuáles son las repercusiones para la empresa a nivel financiero.

Un poco de la historia

El pasado martes 22 de septiembre, la compañía alemana fue acusada de utilizar un programa que activa los controles de contaminación completos, solo cuando el coche está siendo sometido a un control de emisiones. Esto ayudó a ocultar la emisión de dióxido de carbono que, en realidad, es entre 10 y 40 veces más que el límite permitido que indica la normativa de Estados Unidos.

Ante ese escenario, la empresa no tuve otra opción más que reconocer que 11 millones de autos en todo el mundo podrían estar equipados con el programa trampa que utilizó para engañar a reguladores y usuarios sobre las emisiones contaminantes de sus vehículos diésel.

Impacto financiero

Además, anunció que reservará 7 mil 300 millones de dólares en sus cuentas del último trimestre del año para cubrir parte de los costos del escándalo. También, para "otros esfuerzos para ganar de nuevo la confianza de nuestros consumidores". Sin embargo, esa suma podría llegar a ser mucho mayor, ya que probablemente enfrentarán demandas, cuyos costos e implicaciones todavía desconocemos.

Recién salió la noticia, los títulos de la empresa en la Bolsa de Frankfurt cayeron el 19%; al día siguiente fueron hacia abajo más del 20%, marcando una tendencia a la baja que duró en los días posteriores.

Esto representó una pérdida de valor en Bolsa de unos 29 mmde de dólares en solo 2 días.

Pero, ¿cómo nos afecta esto a nosotros, si somos inversionistas?

La respuesta es clara: si hubiéramos tenido acciones de VW en nuestro portafolio de inversión, la recomendación hubiera sido vender desde el primer día de la caída. Luego, esperar a tener mayor información respecto del costo para la empresa y, por, ende cuál será su futuro y posibilidad de recuperación; esto con el objetivo de valuar una posible compra posterior a un precio menor.

En el caso de haber tenido bonos de deuda de esa misma empresa, la recomendación inicial también es venderlos. Para hacerlo hay dos razones: 1) el precio seguramente se caerá, pues los posibles compradores exigirán una mayor tasa de rendimiento que cubra el riesgo, y 2) no sabemos, en el muy corto plazo, qué sucederá con la compañía, y si va a poder hacerse cargo de sus obligaciones.

Este escándalo afectó a la industria automotriz a nivel mundial. Por ejemplo, en Francia, Peugeot y Renault cayeron el pasado martes en la Bolsa un 7,9% y un 5,6%, respectivamente. Sin embargo, estas caídas son producto del pánico y no justifica la venta de estas acciones si están sanas y tienen perspectivas de crecimiento.

En general, el resto del portafolio, que no tiene nada que ver con el sector, no debiera verse afectado por un hecho así. Aunque, sí es preciso mencionar que, en ocasiones, noticias de este tipo generan cierto nerviosismo entre los inversionistas. Pero recordemos que, generalmente, el mediano plazo sirve para que las empresas fuertes, que llevan años cotizando en el mercado se recuperen.

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Por Susana Bravo

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