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Japón quiere nuevamente ser el gigante asiático

Japón fue, durante muchos años, un ejemplo de cultura económica.

Sobre todo porque en menos de 40 años pasaron de ser una nación devastada por la Segunda Guerra Mundial que los afectó profundamente, a un país que ejemplificaba a la perfección cómo salir adelante en todos los aspectos pero, principalmente, en el económico.

Un nuevo sol naciente

Este país asiático se apoyó de sus industrias que, de imitaciones tecnológicas de baja calidad, pasaron a ser punta de lanza en casi todos los rubros tecnológicos. La base de su éxito económico fue el convertirse en una doble potencia: financiera y exportadora.
El dinero que recibía de sus exportaciones lo usaba para dar préstamos a los mismos países a los que exportaba sus productos. Esto le trajo beneficios para su economía interna.

Sin embargo, todo cambió tan pronto llegó la década de los ochenta. El sector inmobiliario en Japón creó una burbuja financiera que estalló a principios de la década siguiente, etapa que se conoce como la década perdida japonesa, y una recesión tan grande que hasta hace unos años comenzó a mejorar.

Vale la pena mencionar que a pesar de ésta recesión, Japón conservó su lugar como la mejor economía global, hasta que hace unos años se la cedió al otro gigante asiático: China.

Una nueva política económica

En 2012 llegó como Primer Ministro, Shinzo Abe, quien implementó una estrategia económica novedosa que muchos bautizaron como Abeconomics.

Abe explica su estrategia de la siguiente forma: “Si cogemos una flecha con la mano y tratamos de doblarla, veremos que no ofrece gran resistencia antes de romperse, pero si agarramos varias al mismo tiempo será prácticamente imposible doblar alguna de ellas.”, Utilizando este ejemplo, el Primer Ministro nipón propuso tres flechas: 1) el fomento de la inflación mediante acciones del Banco Central de Japón; 2) el aumento del gasto público e implantar iniciativas que promuevan el empleo y 3) la inversión.

Primeros resultados

Así es como, en 2012, el país del sol naciente comenzó su camino para reestructurarse económicamente. Los primeros meses de las flechas dieron muy buenos resultados: se notó una recuperación notable en el Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, después de tres años de estar funcionando todos están dudando de que esta novedosa estrategia esté dando resultado.

Desviaron la ruta

La deuda pública de Japón asciende a 250% del PIB anual, cifra que acompaña a un crecimiento de salarios que está muy por debajo del esperado. Además, que no se ha logrado fomentar la inmigración, que ayudaría a hacer frente al envejecimiento de la población japonesa. Por si el escenario no fuera ya negativo, los cambios en el sistema fiscal no se han logrado.

Shinzo Abe asegura que aún no pueden decir que la estrategia no ha funcionado, el Banco Central ampliará sus programas de estímulo a finales de este año, lo malo es que esta medida solo va a confundir más el entendimiento de este sistema.

Opiniones encontradas

Hay expertos que ven en las Abeconomics una estrategia que saldrá avante para que Japón recupere su posición en Asia.

Sin embargo, economistas japoneses, como Yukio Noguchi, han dicho que las Abeconomics no son la solución para que la economía japonesa mejore. Al contrario, aseguran que la han perjudicado. Y es que, según ellos, la agresiva flexibilidad monetaria no ha generado un impacto positivo en la economía, lo que ha dejado un yen depreciado y aumentos en los precios del consumidor.

 

Por Marco Arteaga

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