Una tarde de esta primavera, Lucía y Raúl se encontraron después de 15 años sin verse. Habían estudiado juntos en la universidad. Entre los muchos temas de aquel día salió el de la economía, las finanzas y la manera de administrar el dinero.
Lucía, que se había graduado de ciencias empresariales, trabajaba para una empresa que ofrecía servicios a compañías financieras. Su cercanía con el mundo de las inversiones la hizo aprender aceleradamente algunos beneficios de este universo que Raúl desconocía por completo.
Ambos se habían graduado juntos, y habían comenzado a ahorrar en la misma fecha aproximadamente. Pero, Lucía había hecho una cuenta con 10 mil pesos iniciales a interés compuesto anual y depósitos regulares. Mientras que Raúl hizo algo similar, pero con intereses simples y sin aportaciones.
Los resultados en cantidades eran muy dispares. Sin embargo, se pusieron a sacar cuentas, teniendo en cuenta solo la inversión inicial y el tipo de interés elegido. ¿Quieres conocer cuáles fueron los resultados?
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