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Di sí a la champaña

No siempre escoger el espumoso adecuado es fácil. Pero hay una serie de datos que, si los tienes en cuenta, te sacarán de apuros.


La champaña es de esas bebidas que prácticamente todo el mundo considera casi un objeto de deseo. Siempre, en las celebraciones y los momentos especiales, abrir un espumoso es símbolo de festejo y de que nada puede salir mal. Por ello, las leyendas cuentan que, una vez abierta, debe consumirme entera para que no llegue la mala suerte.

 

Es cierto que no siempre se sabe cuál es la mejor botella que podemos elegir y con la que no se estará expuesto a sorpresas. Es sinónimo de disfrutar y sobre todo de compartir. Para ello es necesario tener en cuenta una serie de datos para que, en el momento de comprar, elijamos la mejor champaña.

 

Aquí te obsequiamos con unos consejos prácticos que serán muy efectivos.

 

¿Con quién compartirás la mesa?

Es importante saber quiénes serán tus acompañantes. No a todo el mundo le gustan los mismos sabores, ni los mismos tipos de vino. Tampoco los mismo aromas. Pero en una mesa de celebración lo importante es que, con lo que se brinde, complazca a todo el mundo.

 

El frescor de un vino joven

 

Muchos bebedores de vino están acostumbrados a elegir opciones más frescas, más jóvenes, porque además de ser más versátiles, pueden maridarlos de una manera diferente, menos formal incluso. Las champañas jóvenes, elaboradas en el año, son una estupenda opción para seguir en esa línea de juventud y frescor en tus reuniones culinarias.

 

Más o menos dulce

Por si no lo sabes, las champañas se dividen en Dulces, Demi  sec, Brut, Extra Brut y Brut Nature. Cada categoría la establece el grado de azúcar que contenga el vino, desde el más dulce al más seco.

Si quieres que la champaña sea tu acompañamiento durante toda una comida o cena, elige la opción Brut, que está en el punto medio de dulzor. Luego puedes intentar otras variedades, dependiendo de cuál sea tu menú. Si solo lo descorcharás para el brindis, un Brut Nature armonizará muy bien.

 

De la tienda  a casa

Es importante que sepas cómo llevar tu botella después de comprarla y conservarla en buen estado. Si, por ejemplo la compraste ya fría, ten mucho cuidado en el traslado, porque no puedes moverla mucho, agitarla y después abrirla de inmediato. Debes dejarla reposar un tiempo antes del descorche. Nuestro consejo: ten a la mano una champañera, vierte una gran cantidad de hielo y deja ahí tu botella hasta el momento de ser abierta. Las burbujas no se habrán alterado y no habrás perdido la temperatura.

 

La mejor conservación

Si por el contrario, eres de esos que compras y compras botellas, pero no las consumes de inmediato, debes tener en cuenta que la conservación en casa es importante para no llevarte sorpresas el día que decidas abrir tu preciada botella.

La champaña no es algo que puedas permitirte echar a perder, pues su precio en ocasiones suele ser más elevado que otros vinos.

De hecho, si prestas atención, te darás cuenta que en las tiendas de vinos no tienen las botellas directamente expuestas a la luz, porque el vino no estaría en condiciones óptimas. Por ello en casa haz lo mismo: mantén tus botellas alejadas de la luz y sobre todo de la luz solar. Crea tu propia cava en un espacio sombrío y fresco y estarás seguro que descorchar una botella será éxito asegurado.

 

El truco Now Enjoy: lee la etiqueta y confirma que en ella aparezca que tu champaña está elaborada con tres tipos de uvas: chardonnay, pinot noir y pinot meunier. Si no las encuentras en la etiqueta, olvídalo, no es champaña lo que te están vendiendo.

 

Por Ruth Martín

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