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Carteras & Fondos de inversión

Durante los últimos años el Sistema Financiero Mundial se ha desarrollado exponencialmente, no solo en tamaño y participantes, sino también en diferentes esquemas o formatos de inversión. 

En sus inicios, los mercados financieros sólo contaban con dos tipos de instrumentos en términos generales:

  • Renta variable:  las acciones que forman parte del capital de una empresa.
  • Renta fija: representan la deuda de un emisor que busca préstamos a través de estos Instrumentos. Cetes, bonos, pagaré, etc. 

Así, el inversionista sólo tenía dos opciones: ser dueño de una parte de la empresa donde quería invertir o prestar su dinero a alguna Institución. En la primera, su rendimiento o plusvalía dependía de los resultados de la empresa; en la segunda, recibía una tasa de interés conocida en un plazo estipulado.

Después, se buscó que los pequeños y medianos inversionistas tuvieran acceso a los mercados que requieren grandes cantidades de dinero. Para esto, el mecanismo que se encontró fueron los Fondos de Inversión, que se convirtieron en los vehículos, a través de los que se podría acceder a cualquiera de estos mercados. Eso sí, con sumas de dinero más accesibles. La idea: fomentar la inversión en pequeños y medianos inversionistas.

Los  Fondos de Inversión, están constituidos como una empresa que tiene como objetivo comprar y administrar cierto tipo de instrumentos de inversión. En sus inicios, existían los que te permitían invertir en renta variable (acciones) y otras para Invertir en renta fija (deuda).

Con el capital de muchos inversionistas, se crea un fondo común para adquirir un portafolio de inversión con múltiples valores del mercado. Esta diversificación se hace con la finalidad de mitigar los efectos de la volatilidad de los mercados.

Actualmente, y con la evolución de los mercados, existen de muchos tipos. Por ejemplo, aquellos que invierten en derivados, notas estructuradas, Índices, diferentes monedas o en diferentes países. Hoy, el inversionista moderno tiene acceso, prácticamente, a cualquier inversión, de cualquier tipo, en cualquier moneda y en cualquier parte del mundo.

Mientras que las Carteras de inversión son prácticamente idénticas a los fondos de inversión. La única diferencia es que no están constituidas como sociedades anónimas, sino como mandatos para invertir en cierta clase de instrumentos financieros, es decir documentos donde se acepta que una institución regulada como una Casa de Bolsa decida que comprar y vender según ciertos parámetros. Al ser mandatos son más transparentes para la clientela inversionista. ¿La razón? Éstos pueden ver en su estado de cuenta cada tipo de instrumento o activo financiero que constituye el mandato.

Las carteras son mucho más personalizadas que los fondos de inversión y pueden adaptarse a necesidades específicas y a una incorporación más eficiente de nuevos productos y oportunidades. Otra diferencia es que en las carteras tu eres dueño de los títulos que están dentro de ella mientras que en los fondos eres dueño de una parte de ese fondo.

En ambos instrumentos la diversificación es la base,  por esta razón es que la CNBV recomienda informarse sobre las características particulares de los fondos y composición de la cartera de valores, así como de las comisiones y gastos, el rendimiento histórico y valor en riesgo, entre otros elementos.

El organismo reitera que es necesario que contactes a una institución con asesores expertos, él te ayudará a definir tu perfil de inversionista, el cual depende del grado de volatilidad que puedes tolerar y tu situación patrimonial.

Algo que debes tener presente es que, a mayor volatilidad, incrementa la probabilidad de conseguir rendimientos superiores.

No permitas que tu dinero se siga desperdiciando y comienza a invertir en un fondo de inversión o en una cartera. Es una opción que te garantizará atractivos rendimientos a mediano y largo plazo. ¡No te arrepentirás!

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