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Renta fija y variable: ¿prestas o te asocias?

La diferencia esencial entre renta fija y variable es que mientras que unos ‘prestan’ otros ‘se asocian’.

En otras palabras, mientras que los inversionistas de renta fija obtienen intereses usualmente pactados de forma previa de lo que invierten, quienes eligen la variable ligan sus beneficios al curso que siga la empresa, que determinará su situación bursátil.

Una inversión sin mucha complicación

La renta fija se caracteriza esencialmente por dar al inversionista una posición de acreedor de una empresa pública o privada. Es decir, tiene un derecho económico sobre la firma, el cual se irá ejerciendo mediante la devolución de lo invertido con intereses acordados en un plazo determinado.

En los últimos años, los intereses de la renta fija evolucionaron y hoy se pueden encontrar algunas variables según tipos de interés o por acuerdos entre el inversionista y la empresa. Por ejemplo, en caso de liquidación de la compañía, el inversionista tiene prioridad para recuperar su inversión frente a los socios de la misma.

No todo es miel sobre hojuelas

A pesar de que puede deducirse que los instrumentos de renta fija no están libres de riesgos, hay que tener en cuenta una serie de factores que podrían afectar nuestra inversión. Algunos de los más destacables son el riesgo de modificaciones en el tipo cambiario, que pueda devaluar la inversión que hayamos hecho. También, siempre está latente el riesgo de insolvencia de la empresa a la que se prestó el dinero o el de falta de liquidez de la institución.

Este tipo de inversiones pueden adecuarse a inversionistas que necesitan un flujo de efectivo constante y no están dispuestos a correr un riesgo alto.

¿Y a ti, te atrae más la renta variable?

Hay otra clase de inversionistas que puede dejar su dinero en una inversión por más de un año y seguir viviendo sin ninguna preocupación financiera. Para estos, una buena opción es la renta variable.

En este tipo de inversión el inversionista es socio, gracias a su aportación, de la empresa en donde decide poner su dinero a través de la compra de acciones. Al hacerlo, obtiene diversos derechos que no podría reclamar si fuera inversionista de renta fija. Por ejemplo, puede acceder a mayor información sobre la firma, participar o tener representación en la Junta de Accionistas (todo dependerá del monto invertido).

¿Qué afectaría mi inversión en renta variable?

Los beneficios que reporte la inversión dependerán de factores internos, como la gestión de la empresa, aunque no totalmente. Pero tengamos presente que también habrá condicionantes externos que podrían influenciar el desarrollo de la inversión. Un ejemplo: la situación económica del país donde radica la empresa, un riesgo que no está bajo el control del inversor ni de la empresa en la que se invierte, podría generar una minusvalía en nuestra inversión.

Dentro de estas pinceladas que diferencian a la renta fija de la variable hay un universo de opciones y tipos de producto. Se pueden encontrar desde productos que las combinan hasta aquellos que llevan al límite su definición. Por ello, además de saber si se presta o se asocia, es necesario saber a quién.

 

Por José David Pérez

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