La Alianza del Pacífico (AP), integrada por Chile, Colombia, México y Perú, se perfila para cambiar el ritmo de los negocios en América Latina.

También para fortalecer la proyección de la región al mundo, especialmente hacia los mercados asiáticos.

El Océano Pacífico está tomando un rol fundamental para el flujo de mercancías y el comercio del futuro, como alguna vez lo tuvieron el mar Mediterráneo y, posteriormente, el Océano Atlántico.

Este nuevo orden económico ha dado a México, junto a los demás miembros de la AP, un papel importante en el comercio y la oportunidad de ingresar a nuevos mercados. Ante ello, la AP permitirá que se atienda de manera conjunta a la región Asia-Pacífico, pronosticada como una de las de mayor crecimiento a nivel global.

Si analizamos la AP como un bloque económico y comercial, estaría posicionada como la octava economía del mundo, con un Producto Interno Bruto (PIB) de dos mil 164 mil millones de dólares y una tasa de crecimiento del PIB de 3.8% en promedio.

Asimismo, cuenta con una población de 214.1 millones de habitantes, y con un PIB per cápita de 16 mil 500 dólares. Se estima que la AP realiza el 50% del comercio de la región con el mundo y recibe alrededor del 47 por ciento de la inversión total en la región; es decir, casi cinco de cada 10 dólares invertidos en América Latina se destinan a estos países.

Además, los miembros de esta alianza se distinguen por contar con los mejores pronósticos de crecimiento en el mediano y largo plazo en Latinoamérica. Y su población es en su mayoría joven, que se traduce en un capital humano preparado para impulsar la innovación.

LA AP pretende integrar a estas economías para alentar su crecimiento, desarrollo y competitividad. Las diversas medidas que se están llevando a cabo permitirán la generación de empleos, nuevas oportunidades de negocio, mejoramiento en los estándares y cadenas de productividad e impulso a la innovación tecnológica, todo esto a través de la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas.

También busca permitir el intercambio de talento identificado entre países, además de hacer más fácil el trámite de visas para turistas y viajeros de negocios e impulsar programas de cooperación y becas en áreas de conocimiento.

En el área de integración comercial, se han establecido medidas para facilitar el comercio, la cooperación aduanera, la creación de nuevas cadenas de valor regionales y establecer mayores relaciones entre los sectores productivos de sus miembros. Se ha firmado el Acuerdo Marco que implica la desgravación arancelaria para el 100% del comercio de bienes (92% de manera inmediata y 8% a un plazo máximo de 17 años).

Con ello se está caminando hacia la desgravación arancelaria, la acumulación de origen referente a aquellos productos que contienen materiales originarios de algún otro país miembro de la AP, la reducción de obstáculos técnicos al comercio y alineamiento de las medidas sanitarias y fitosanitarias. Por ejemplo, un producto elaborado en Colombia, con materia prima chilena puede ingresar a Perú o a México libremente, de igual modo puede comercializarse en otros países con los que los miembros de la AP tengan acuerdos de manera individual o conjunta. Esto permitirá incrementar la participación y competitividad de la región en las diversas cadenas globales de valor.

México y la AP

Esta alianza significa aumentar las relaciones de negocio entre sus miembros, donde México podrá incrementar sus exportaciones hacia estos países latinoamericanos. Aunque México tiene relaciones comerciales con ellos, apenas representa 2.2 % de sus ventas al exterior, y esto es una buena oportunidad para diversificar el mercado nacional altamente concentrado en el mercado americano.

En la región, México tiene una gran ventaja en el sector manufacturero, pues contribuye con 60% por ciento de las exportaciones manufactureras de América Latina. En su mayoría, México exporta a estos tres países: vehículos, celulares, pantallas planas, productos de belleza, electrodomésticos y algunos metales; sin embargo existen muchos otros sectores con los que México podría incursionar en esos mercados.  Según estimaciones de ProMéxico, el incremento en las exportaciones a los países de la AP puede agregar unos  siete mil 731 millones de dólares a las ventas mexicanas.

Pero esta integración económica también permitirá atender de forma conjunta a los principales compradores de dichos países, al complementar cadenas de producción entre las cuatro economías. Así se podrá ampliar la presencia de estas economías en la región Asia-Pacífico, especialmente Japón, China y Corea.

En las exportaciones agrícolas, por ejemplo, la estacionalidad representa una buena oportunidad. México puede ser un importante proveedor en el primer trimestre del año, mientras que Perú puede serlo para el cuatro trimestre. Según datos de ProMéxico, esto significa 120 millones adicionales para México en cada primer trimestre del año.

De manera general, ProMéxico calcula que la AP representa más de 68 mil millones de dólares en ampliación de mercados y nuevas oportunidades de negocio. Algunas de las oportunidades que se han detectado se ubican en sectores como el de calzado, textil, eléctrico-electrónico, automotriz, cárnico, alimentos procesados y productos de uso personal.

Las reformas estructurales están siendo fundamentales para la participación de México en este tipo de acuerdos, dándole ventajas competitivas a nuestro país gracias a las condiciones de productividad y la participación de diversos agentes económicos en la industria.

De acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, las reformas pueden contribuir en dos puntos adicionales al PIB para 2018. De esta manera, se espera que para dicho año se generen 2.5 millones de nuevos empleos en el país, lo que se traduce en una fortaleza no solo para México, sino para toda la AP.

Esta alianza también permitirá fortalecer las cadenas de valor en México, como la automotriz, aeroespacial o la electrónica, y también su ingreso a diversos sectores. Se están generando oportunidades en el sector de medicina y dispositivos médicos, alimentos procesados y electrodomésticos. Además de las que corresponderán a la reforma energética e infraestructura.

En ese sentido, buscará generar proyectos en materia agropecuaria y de medicamentos, así como evaluar la creación de un fondo para el desarrollo de infraestructura. Asimismo, ha definido un programa que aumentará la competitividad e innovación para las micro, pequeñas y medianas empresas y se ha creado el Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (CEAP) a fin de involucrar al sector privado en el proceso de integración.

La participación del sector privado es una de las cualidades que distinguen a esta alianza de otros tratados.

Por Macarena Quinzaños